Por Citlalli Cantú Gutiérrez
¿Quién no ha escuchado Carmina Burana? Si al leer esta pregunta llega a su mente el sonido de la incomparable obra del compositor alemán Carl Orff, surge otra pregunta ¿Qué significa Carmina Burana? Para dar respuesta hay que hacer una breve reseña sobre el origen de los textos en los que se basó Orff para componer. Los Carmina Burana o también conocidos como las Canciones de Beuern, son un conjunto de manuscritos que se encontraron a mediados del Siglo XIX en un monasterio en la Alta Baviera, región cuya capital actual es Múnich, Alemania. Son una colección de cantos que se atribuyen a los goliardos medievales, frailes retirados o poetas cultos, que retrataron en sus cantos aspectos relajados de la vida terrenal de esos tiempos, y que nos refieren los placeres de los que los seres humanos siempre hemos sido afines, unos más otros menos, pero nadie está exento de sentir emociones y en estos cantos se retrata el sentir de la época medieval, no muy distinto de ninguna época, por cierto.
El canto más sonado de la obra, el inicial y el final “O fortuna” es quizá el más escuchado y debe ser una invitación hacia la reflexión sobre su contenido “O fortuna, velut luna, statu variabilis”: la suerte como la luna, variable, de repente es grande y de repente desaparece, esa entrada incita a tomar conciencia de cómo la rueda de la vida gira, a veces arriba, a veces abajo, pero eso no impide a todos ver que hay primavera, jovialidad, impulso que guía al amor, al deseo, pues en todo momento hay sol para todos, la diferencia está en querer verlo o no, es decir, el camino a elegir, pues después de todo, el calor ambiental es el calor humano, pero también hay que tener presente que, así como llega el otoño y el invierno, el amor también se enfría.
Carl Orff, logró generar una composición impetuosa que desde su creación ha impactado a un sin número de personajes, entre ellos al Führer, que vivió en carne propia lo que se describe en los cantos buranos, la fortuna te pone arriba, pero también te baja, y es una gran lección para la humanidad.
A través de la música, el canto y el ballet, Carmina Burana de Carl Orff, ha deleitado en el ambiente de las artes desde su composición y levanta ovaciones en cada interpretación, como lo fue el viernes pasado en el Teatro Metropolitano, dónde pudimos disfrutar la magnífica interpretación de esta obra, con la Filarmónica de Querétaro, bajo la dirección de Jesús Almanza. Durante mas de 60 minutos pudimos disfrutar la interpretación de las poesías líricas en latín y leer su significado en español, en la pantalla del fondo del teatro, donde los integrantes del coro, con majestuosidad emitían su canto. No podemos omitir la brillante participación de los coros infantiles, quienes con un profesionalismo más allá de su edad y sus hermosas voces, hicieron aún más bella la velada.
Dejemos pues que la suerte o la fortuna crezca o se esfume como la luna, pues en la vida a veces se está en el placer y otras en la tristeza, pero al final en la riqueza o en la pobreza, todo desaparece, pero mientras eso pase, hay que tener presente que hay muchas estaciones en la vida que debemos disfrutar, es sobre lo que podemos reflexionar.