Nirvana no fue solo una banda; fue un fenómeno cultural que transformó la música a inicios de los años noventa. Originarios de Aberdeen, Washington, Kurt Cobain, Krist Novoselic y, más tarde, Dave Grohl, dieron vida a un sonido que conjugó crudeza, rebeldía y autenticidad: el grunge.
Con el lanzamiento de Nevermind en 1991, la agrupación derribó barreras del rock comercial y catapultó al movimiento alternativo a la escena mundial. El sencillo “Smells Like Teen Spirit” se convirtió en un himno para una generación desencantada, mientras que la figura de Cobain adquiría un peso simbólico como portavoz involuntario de la juventud.
El éxito, sin embargo, vino acompañado de tensiones internas, presiones mediáticas y la creciente lucha de Cobain contra las adicciones y la depresión. La historia de Nirvana quedó marcada por la tragedia en 1994, cuando Kurt Cobain falleció a los 27 años, dejando un legado irrepetible.
Hoy, más de tres décadas después, Nirvana sigue siendo referencia obligada para entender el cambio en la industria musical y el espíritu de una época. Sus canciones mantienen vigencia, recordándonos que el rock también puede ser un grito de resistencia y una declaración de identidad.
