La historia de Michael Jackson no comienza con guantes brillantes, sino con el sonido de un cinturón. Nacido en Gary, Indiana, en 1958, Michael fue el séptimo de nueve hijos, y su padre, Joseph Jackson, fue su primera y más aterradora influencia. Joseph no era un mentor, sino un director implacable que veía en sus hijos, especialmente en Michael, una mina de oro. Los ensayos diarios en la pequeña casa de Jackson Street eran un régimen militar donde los errores se pagaban con castigos físicos y humillaciones. Michael, el más talentoso, fue también el más exigido y el que más cicatrices llevó.
La infancia del niño que amaba leer Peter Pan fue robada. No hubo tiempo para juegos ni amigos, solo para perfeccionar los movimientos de James Brown y la voz que pronto cautivaría a la nación. Con solo cinco años, ya era el cantante principal de los Jackson 5, un prodigio que deslumbraba en el escenario, pero que vivía detrás del telón con una ansiedad profunda y un miedo constante a su padre. Esa combinación de trauma y perfeccionismo insuperable fue el motor de su genio… y, a la larga, de su autodestrucción.
La severidad del patriarca, sin embargo, cumplió su objetivo profesional. Joseph Jackson no buscaba la felicidad, buscaba la perfección y la disciplina que le permitiera salir de la pobreza. Los hermanos se convirtieron en una máquina de R&B sin fallos, capaces de realizar coreografías complejas y armonías perfectas desde edades tempranas. El rigor era cruel, pero sentó la base técnica para que Michael, en particular, desarrollara la ética de trabajo que lo definiría como solista.
Para Michael, esa falta de una niñez normal se manifestó en una soledad profunda. Años más tarde confesaría que las memorias de los castigos y las giras interminables lo persiguieron hasta la adultez. Esa carencia afectiva lo empujaría, obsesivamente, a buscar la compañía y el cariño que su hogar nunca le proporcionó, condicionando todas sus relaciones futuras y su percepción de la realidad.
El niño que brillaba en el escenario era, en realidad, un reo en una jaula dorada. Pero esa dura formación lo preparó para un ascenso meteórico que sacudiría a Motown.
MAÑANA: ¿Cómo el terror de su padre los catapultó al estrellato? No te pierdas la Parte 2: La Conquista de Motown, donde Michael y sus hermanos se convierten en los Jackson 5.
