La discusión sobre si Maná debe considerarse una banda de rock o no sigue viva, incluso después de más de tres décadas de trayectoria. Para algunos, los tapatíos encabezados por Fher Olvera son la agrupación de rock en español más exitosa de todos los tiempos; para otros, su sonido se acerca más al pop con guitarras suaves y letras de desamor que poco tienen que ver con la rebeldía del rock.
Orígenes y consolidación
Los orígenes de la banda, que se remontan a los años ochenta bajo el nombre de Sombrero Verde, estaban más ligados al rock latino con influencias de reggae y ritmos caribeños. Sin embargo, fue con el álbum ¿Dónde jugarán los niños? (1992) cuando alcanzaron un impacto masivo, consolidándose en el mercado hispano y cruzando fronteras hacia Estados Unidos y Europa. Ese éxito, paradójicamente, alimentó la percepción de que Maná suavizó su estilo para ganar más público.
Críticas y logros
Los puristas del rock los critican por su falta de contundencia en guitarras y baterías, por recurrir a fórmulas melódicas repetitivas y por un discurso lírico que rara vez se sale del terreno romántico. Aun así, no se puede ignorar que llenan estadios, acumulan premios Grammy y han influido a generaciones de músicos en América Latina.
Un estilo híbrido
Maná se mueve en un terreno ambiguo: su sonido tiene raíces rockeras, pero su orientación comercial y melódica los acerca más al pop. En ese sentido, quizá la respuesta no esté en definirlos con rigidez, sino en reconocer que son una banda híbrida que encontró el punto medio entre el rock y la balada pop, logrando un lugar único en la historia de la música en español.
Conclusión
¿Es Maná rock? Para muchos, no. Para otros, son el rostro más visible del rock latino. Lo que resulta indiscutible es que, guste o no, son una de las agrupaciones más influyentes de la música iberoamericana de los últimos 30 años.