*** Un tema en donde debe haber una dupla interesada, la familia y las escuelas en todos los niveles.
*** La regulación de las cooperativas escolares, para que vendan alimentos y no chatarra es el reclamo.
Por Raúl Rosillo Garfias
Desde hace más de una década, una de las grandes preocupaciones de la Organización Mundial de la Salud y de las dependencias del ramo en los países de Latinoamérica, son los crecientes índices de obesidad, que se han convertido en un problema de salud, con cálculos de más de 650 millones de adultos en ese estado y de 340 millones de niños y adolescentes que arriban a este tipo de temas que preocupan y debieran ocupar a los congresos estatales y nacionales.
La obesidad es un problema de salud global en aumento, con graves implicaciones para la salud y la economía de los países. Afecta de manera desproporcionada a ciertos grupos y regiones, especialmente en áreas urbanas y de bajos ingresos. Las intervenciones efectivas requieren una combinación de políticas públicas, educación y acceso a opciones de alimentos saludables.
El caso es que las estadísticas dicen claramente que el 15 por ciento de las mujeres adultas son afectadas por esta tendencia y el 11 por ciento de los hombres, en América latina el 24 por ciento de la población adulta está en esta condición, en Estados Unidos alcanza el 42 por ciento y uno de cada cinco adolescentes está en esas condiciones, en Europa el 23 por ciento de los adultos sufre de obesidad…. Lo que propicia algunos factores de riesgo, como el uso de dietas nada saludables, estilos de vida altamente sedentarios, además de las condiciones socioeconómicas que se viven en cada región arrojan estos y otros datos.
Lógicamente que esto tiene que ver con enfermedades que se relacionan con un alto impacto en la mortalidad, con 4 millones cada año y los esfuerzos y las estrategias, no han dado con la estrategia para revertir este fenómeno, las políticas públicas existen, pero son poco efectivas, la educación y la cantonización tiene que iniciar en los hogares y no sucede, los programas de intervención en las escuelas es solo un paliativo y las cosas no mejoran…. El impacto de la obesidad en la salud global es devastador, se ha convertido en producto de epidemias y de enfermedades crónicas.
Aterrizando estos datos en Querétaro, el 34 por ciento de los adultos presenta obesidad, el 20 por ciento de los infantes está en este proceso, y esto hace a Querétaro alinearse a nivel nacional, con esta tendencia, en donde los principales problemas se dan por la alimentación con altos contenidos de azúcares y grasas, el estilo de vida sedentario y desde luego la falta de factores culturales y los niveles socioeconómicos que se viven en la entidad.
Cierto que Querétaro ha hecho programas para luchar y bajar el impacto en la salud pública, y erradicar las enfermedades crónicas, pero los costos son muy altos para el sector salud, los programas de prevención a nivel estatal están dando algunos resultados magros, pero nada significativos, como los programas estatales de prevención, las escuelas saludables, las políticas de etiquetado y regulación de alimentos, las escuelas de tiempo completo y otras, pero no se alcanza al 100 por ciento de la población infantil y adolescente.