Por Raúl Rosillo Garfias
*** Desde hace al menos cuatro años, la desbandada de políticos priistas ha sido sistemática. Ahora, con casi nada quedando, continúan saliendo muchos de lo que fue el enorme partido de México. No se ve hacia dónde se puede orientar la dirigencia nacional ni las dirigencias estatales para mantener vivo un partido que tuvo como misión el Nacionalismo Revolucionario. Este partido se proclamaba de centro-izquierda, formaba líderes, impulsaba a campesinos, obreros y clases medias populares, y descubrían el potencial para mantener viva la semilla que más adelante daría a los nuevos conductores de este país, de los estados, de los distritos electorales federales, de los ayuntamientos o de los congresos locales. Fue tan eficiente que lo denominaron la dictadura perfecta y era admirado en el mundo. Renuncias en el Estado de México, en la cuna del Grupo Atlacomulco; renuncias en lo nacional con Enrique de la Madrid; renuncias en Querétaro… y el nacimiento de nuevos movimientos o grupos doctrinarios, como Líder, donde se agrupan los que no quieren irse a Morena, ni al PAN, ni a ningún lado, pero se separan del PRI. Qué tiempos, qué momentos, qué enormes incógnitas… viene el 2027 y luego el 2030, y cada vez se ven más lejos los hombres que deben conducir a la sociedad con la esperanza de un mejor futuro…
*** Sin embargo, cuando se sale al campo, cuando se ve a la gente con sombrero, y se les pregunta sobre partidos políticos, muchos dicen que no renuncian al PRI, aunque no sean militantes, porque son fieles a esas siglas. Este es el partido que, desde su gobierno municipal o estatal, les construyó el aula, la clínica, el camino, les llevó la energía eléctrica, perforó el pozo para que tuvieran agua y les daba créditos en Banrural para sembrar la tierra. Pero toda esa historia se fue diluyendo por la falta de trabajo para los nuevos cuadros, para atender a los liderazgos de las universidades y centros de estudio, a los destacados militantes que emergían de los seccionales, al trabajo cercano con los maestros, con los aseadores de calzado, con los taxistas y con todos los sectores de la población. Hoy eso es desconocido para los priistas modernos, o para aquellos que llegan a los partidos políticos buscando colocarse en alguna posición y ser candidatos de inmediato. La ideología se ha convertido en nada.
*** Hoy, los nuevos paradigmas de la política aseguran que ya no hay espacio para las ideologías, ni mucho menos para los posicionamientos de los grupos que intentan convertirse en partidos políticos para cumplir con los mandatos legales. Tendrán cualquier otro nombre: movimientos, agrupaciones, sociedades, lo que sea… pero ya no se declararán de izquierda, centro, derecha o extrema izquierda o derecha. Lo único que importa es defender la asociación, y los acomodos serán consensuados si se logra, y si no, migrarán como manda el mundo moderno. El mundo de la migración y de la movilidad de las sociedades. Porque la migración no es solo en América, Europa y Asia también viven esta movilidad. El mundo en general es migrante. Es cuanto.