James Brown (1933-2006) no es solo una figura prominente del soul y el R&B; es, sin duda, una de las figuras más influyentes en la historia de la música popular del siglo XX. Conocido por títulos tan rotundos como «El Padrino del Soul» y «El Hombre Más Trabajador del Espectáculo», Brown es universalmente reconocido como el artista que sentó las bases rítmicas para el funk.
Su estilo fue una revolución. Al inicio de su carrera en los años 50, Brown se enfocó en el gospel y el R&B, logrando éxitos como «Please, Please, Please». Sin embargo, a principios de los 60, comenzó a deconstruir la estructura tradicional de la música. Eliminó las melodías complejas para centrarse en un ritmo hipnótico y repetitivo.
La Inevitable Llegada del Funk
A diferencia de otros géneros, la música de Brown se basaba en el groove y en la interrelación de los instrumentos de su banda. El funk nació de esta idea: el bajo, la batería y la guitarra se enfocaban en patrones rítmicos muy precisos y sincopados, creando una sensación de «uno» (el tiempo fuerte) muy acentuada. Temas como «Papa’s Got a Brand New Bag» (1965), «I Got You (I Feel Good)» (1965) y «Say It Loud – I’m Black and I’m Proud» (1968) definieron no sólo un género musical, sino también una poderosa voz social y cultural.
Los conciertos de James Brown eran legendarios por su intensidad, su precisión militar en la ejecución y sus actuaciones histriónicas. Su energía en el escenario era inigualable, y su influencia se extendió a géneros tan diversos como el hip-hop (donde su música es la más sampleada de la historia), la música disco y el rock. Su legado es el de un innovador que cambió para siempre la forma en que se siente y se baila la música.









