El ska es un género que nació en Jamaica a finales de los años cincuenta, mezclando mento, calypso y jazz. Caracterizado por su inconfundible off-beat rítmico, o golpe en contratiempo, evolucionó hacia el rocksteady y luego al reggae. Sin embargo, su tercera ola, que inició en el Reino Unido a finales de los setenta con la etiqueta 2 Tone, fue la que catapultó el género hacia América Latina y España, donde encontró una identidad propia: el ska en español.
La llegada del ska a los países hispanohablantes no fue solo una adopción musical, se convirtió en una poderosa herramienta de crítica social y expresión juvenil. Las bandas latinas fusionaron el ritmo sincopado con géneros locales como la cumbia, el bolero y el rock alternativo, utilizando letras cargadas de ironía, protesta política, demandas de justicia social y celebraciones de la cultura popular urbana. Esto dotó al ska en español de una energía distintiva que lo diferenció del sonido más sobrio del 2 Tone.
La escena se ha nutrido de una amplia diversidad de bandas a lo largo de las décadas. Entre sus exponentes más influyentes y reconocidos se encuentran Los Fabulosos Cadillacs de Argentina, probablemente la banda más grande e influyente en la fusión de rock latino y ska, que definieron el sonido con temas icónicos como «Matador». La escena argentina también aportó a Los Auténticos Decadentes, conocidos por su mezcla festiva de ska, rock y murga, con temas como «La Guitarra», y Los Caligaris, quienes añaden elementos circenses y humor a su ska-fusión en canciones como «Kilómetros», consolidando el poderoso movimiento sudamericano.
Por el lado de México, destacan Maldita Vecindad y los Hijos del Quinto Patio, pioneros que mezclaron el ska con el danzón y la cumbia, creando el sonido «mexica-ska» que se siente en canciones como «Pachuco». Otra banda esencial es Panteón Rococó, conocida por su sonido enérgico de ska-punk y sus himnos de resistencia como «La Carencia». Finalmente, desde España, Ska-P llevó el ska-punk a escenarios masivos con sus letras abiertamente anticapitalistas, popularizando temas como «El Gato López».
El ska en español sigue siendo un género vibrante y relevante, una prueba de que la música puede ser tanto una pista de baile como una tribuna para la crítica social.










