Los proyectos políticos no se logran solo con buenas intenciones. Hay que considerar el terreno que se pisa, saber si el suelo aguanta o si te vas a hundir con todo y aspiraciones. El ambiente es determinante para cualquier decisión política. Y Querétaro, guste o no, es tierra conservadora. Aquí el tema del aborto sigue siendo rechazado por buena parte de la población. No ha digerido el asunto, no lo ha procesado, y forzarlo puede salir muy caro.
Entonces viene la pregunta incómoda para los diputados de Morena: ¿están dispuestos a jugarse su futuro político por impulsar un tema que la sociedad queretana todavía no acepta? Porque si le entran al tema del aborto, que cada uno vaya midiendo las consecuencias.
Edgar Inzunza, ¿te la juegas con Juan del Río?
Sully Mauricio Sixtos, ¿arriesgas Pedro Escobedo?
Andrea Tovar, ¿pones en la mesa la capital?
Gina Guzmán, ¿sacrificas Huimilpan?
Eric Silva, ¿Colón vale la apuesta?
Claudia Díaz, ¿tu aspiración por la capital está en oferta?
Blanca Benítez, ¿Arroyo Seco es prescindible?
Ulises Gómez de la Rosa, Homero Barrera, Rosalba Vázquez, Sinuhé Piedragil, ¿su reelección está sobre la mesa?
Eugenia Margarito, ¿Amealco es negociable?
Porque el costo de equivocarse es altísimo. Y en política, los errores de cálculo se pagan con la carrera entera.
