Alice Cooper no solo es un músico; es un maestro de ceremonias, un director de cine de terror sobre el escenario y el responsable de que el rock dejara de ser solo audio para convertirse en una experiencia visual brutal y macabra. Desde finales de los años 60, cuando tomó el nombre de su banda y lo hizo suyo, Cooper se propuso una única meta: convertir cada concierto en un espectáculo de terror gótico y violento.
Su estética es inconfundible: maquillaje corrido, ojos oscuros y la famosa boa constrictor en el cuello, pero su verdadero legado reside en el Shock Rock que él mismo bautizó.
La Guillotina y el Infierno Personal
El escenario de Alice Cooper se convirtió en un macabro parque de diversiones donde el público era testigo de sus «ejecuciones» diarias. A diferencia de las bandas de rock que se limitaban a tocar, Cooper narraba historias de locura, muerte y rebelión adolescente, usando utilería de gran presupuesto: el acto más icónico era la Guillotina, que culminaba con su supuesta decapitación en vivo, el clímax teatral que dejaba al público en un estado de histeria colectiva. Otro de sus finales recurrentes era la Silla Eléctrica, que reforzaba su personaje de villano condenado y glorificado. Además, utilizaba sangre falsa, mutilaba muñecas de bebé y bailaba con serpientes, elementos que no solo escandalizaron a la América conservadora, sino que lo consolidaron como un pionero del performance art en el rock.
Un Personaje Inmortal
El éxito de Cooper («School’s Out«, «Poison«, «Feed My Frankenstein«) reside en su capacidad para mantener una distinción clara entre el hombre y el personaje. Vincent Furnier (el hombre real) es un golfista y predicador; Alice Cooper (la máscara) es un asesino teatral y un bebedor. Esta dicotomía le ha permitido mantenerse relevante por más de cinco décadas. Alice Cooper no vendió simplemente álbumes; vendió una experiencia inmersiva que redefinió lo que el rock podía lograr. Él demostró que el teatro y el terror tenían un lugar tan importante en el show como las guitarras, abriendo el camino para bandas como Kiss, Marilyn Manson y Rob Zombie. Él es, sin duda, la figura más importan
