Por. Diego Mercado
Primero empecemos por recalcar la que las pasadas elecciones no despertaron en los votantes el interés que se podría haber esperado: Oaxaca y Quintana Roo registraron la menor participación, con porcentajes de alrededor de 37%, mientras que Tamaulipas y Durango fueron los únicos estados en donde más de 50% de los electores salieron a sufragar, es decir el nivel de legitimidad de las y los ganadores es sumamente bajo, ni siquiera salió a votar la mitad de los electores en algunos casos.
En segundo término acusemos que la pasada elección celebrada este domingo arrojó la alternancia del poder en cuatro de las entidades en disputa, las cuales fueron ganadas, conforme a los conteos rápidos elaborados por el Instituto Nacional Electoral, por Morena: nuestro vecino y bastión del PRI, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas. El resultado para la coalición Va por México es un retroceso, las seis gubernaturas en disputa estaban bajo administración de algunos de los partidos que lo conforman (cuatro del PAN y dos del PRI) y sólo retuvieron dos, Aguascalientes y Durango una del PRI Y la otra del PAN.
Pero bueno más allá de las coaliciones a nivel partidista, más allá de la existencia de Va por México, fue el PRI el que registró un mayor retroceso al perder las dos entidades donde gobernaba (Hidalgo y Oaxaca), que fueron conquistadas por Morena. Las victorias obtenidas ayer por este partido (en Oaxaca e Hidalgo rondando 60 por ciento de votos) le permiten consolidarse como la primera fuerza política con 20 gubernaturas de cara a los comicios de 2024, además de las que tienen sus aliados del PES y el Verde, en Morelos y SLP, respectivamente.
Surgido apenas en 2014, con sus triunfos en Oaxaca y Quintana Roo, prácticamente todo el sureste, con excepción de Yucatán que sigue siendo de Acción Nacional, está bajo su control, con independencia de que tiene mayoría en más de una veintena de congresos locales, lo que favorece la instrumentación de políticas públicas. El PAN sólo le redituó la posibilidad de retener, en coalición, dos de las cuatro gubernaturas que mantenía, incluida Durango, donde postuló al priísta Esteban Villegas. A pesar del triunfo en Aguascalientes, en el panorama nacional el blanquiazul se encuentra en los niveles más bajos de su historia reciente con sólo seis entidades bajo un retroceso importante.
Después de presentar este balance ¿Verdaderamente hay tiro rumbo al 24? Aunque se pronosticaba que MORENA arrasaría, se quedaron con las ganas de cantar el 6 de 6, el carro completo, con muchos claroscuros pero la oposición se asumió cómo una opción y la ciudadanía confió.
¿Es suficiente la alianza rumbo al 24? La respuesta es no, NO BASTA con juntarse y ganar fuerza con fuerza, se debe de inyectar más energía en los procesos creativos dentro de las campañas políticas. Pugnar por más y mejor comunicación de manera paralela. Debemos exigir mejores propuestas, mejores campañas y mejores candidatos. Debemos de salir, de democratizar el pensamiento y de abatir a toda costa esta apatía que hoy sin duda alguna fue la principal ganadora de esta elección.