Por Sergio Ventí
Verdad y hechos: La balanza de la razón ha sido jalada por un neologismo
¡Por un término que alguien inventó! la balanza se tambalea. ¿Qué hay en la balanza? Verdad de un lado, hechos del otro. Ambos pesos conformando la razón. ¿Sigue siendo así?..
Post-verdad.
El término ha trascendido y se ha propagado. Conveniente para unos y para otros su uso se ha normalizado. Inadvertidamente, este moldeamiento del lenguaje y de la información, ha ido moldeando a su vez nuestra percepción de la realidad. Es decir, la forma en que nos vemos, la forma en que vemos al otro.
El afluente de información masiva y el expansivo mercado libre de ideas es acelerado. Este es un tema clave al que es prudente prestar especial atención. Son dos variables que están moldeando la manera en que la gente recibe información.
Esta elección sin límites respecto a la información ha hecho que se vuelva difícil asir la verdad. Se hace necesario el desarrollo del pensamiento crítico por parte de propagadores de la información y de los consumidores.
El caudal masivo de información y la expansión libre de opiniones es muy positivo a primera vista. Ha ampliado la discusión y esto tendría que llevarnos a un mejor análisis de la información. Pero no es lo que vemos ordinariamente.
A lo que estamos expuestos normalmente es a mucha información cruzada, sesgada y desechable. No a un análisis crítico para juzgar la fidelidad y la credibilidad de la información y tomar una decisión informada.
Esto solamente aumenta la desconfianza y el hastío de la gente hacia sus frágiles instituciones sociales. El desengaño y el hastío esparcido en la sociedad hace que sencillamente mucha gente no esté interesada, y adopté esto de la post-verdad como la última verdad, como una manera razonable de explicarse la verdad:
La era de la post-verdad, en donde argumentar se ha vuelto inocua o cosa de necios, en donde el ambiente se enrarece afanosamente teniendo todo mundo el derecho a elegir sus propios hechos e ignorar lo que personalmente le sea inconveniente.
¿Cómo empezamos a construir un acuerdo en un terreno minado por la desconfianza y un ciego relativismo?¿Cómo empezamos a recuperar la verdad? ¿Cómo volvemos a aprender a hacer juicios para manejar este flujo de información sin tomar la decisión equivocada o ser engañados? ¿Por dónde nos aproximamos a la verdad? ¿Cómo obtenemos esa verdad que sea de utilidad común? ¿Cómo construimos democracia?
Evidencias y hechos. El principio para abordar cualquier situación y obtener la verdad es atenerse a las evidencias y a los hechos. Este simple hecho que por sí mismo prueba ser fundamental es borrado deliberadamente con términos como post-verdad o fakenews. Estas alteraciones del léxico producen un significado poco claro o sesgado de los hechos, produciendo desinformación y polarización en la opinión pública.
Es muy importante no olvidar que la información, que las evidencias y los hechos, han de ser acompañados por una capacidad de discernimiento de quien recibe la información, por el ciudadano que toma decisiones respecto a su vida basándose en esa información.
Es imprescindible y tarea necesaria construir una ciudadanía que sepa juzgar la fidelidad y credibilidad de los hechos. Pues únicamente una ciudadanía informada que ejercite el pensamiento crítico puede construir la democracia.