La ciudad de Uruapan, Michoacán, se encuentra de luto y en estado de máxima tensión tras confirmarse el asesinato del presidente municipal, Carlos Manzo, durante un evento público del Festival de Velas en el Centro Histórico el pasado sábado 1 de noviembre. El crimen, que ha generado condenas a nivel nacional, subraya la crisis de violencia que enfrenta la región.
El alcalde Manzo, quien había ganado su cargo como candidato independiente en 2024 y previamente fue diputado por Morena, era conocido por su postura combativa contra el crimen organizado, llegando incluso a solicitar apoyo federal y a ofrecer recompensas a policías que enfrentaran a sicarios. Reportes indican que, días antes del atentado, Manzo había expresado temor por su vida, pero asumía su cargo con valentía.
Detalles del Ataque y Respuesta Oficial
El atentado ocurrió mientras el edil inauguraba el Festival de Velas, siendo atacado a balazos por sujetos armados. Aunque fue trasladado de inmediato al hospital, falleció debido a la gravedad de sus heridas.
El Gabinete de Seguridad del Gobierno Federal, a través de Omar García Harfuch, confirmó los siguientes avances: dos personas detenidas y un agresor abatido en el lugar de los hechos, tras el enfrentamiento con los escoltas del alcalde. La Fiscalía de Michoacán ha desplegado personal especializado para analizar videos y recabar testimonios. Se ha informado que el arma asegurada está vinculada con otros eventos de violencia entre grupos delictivos de la región.
García Harfuch indicó que el alcalde contaba con protección federal a cargo de la Guardia Nacional y de la policía municipal. La presidenta Claudia Sheinbaum condenó el «vil asesinato» y aseguró que el crimen «no quedará impune«, convocando a su Gabinete de Seguridad para garantizar el apoyo a Michoacán.
La Indignación Social
El funeral del alcalde se convirtió en una manifestación de la frustración ciudadana. Líderes de partidos como el PAN, a través de Jorge Romero, y dirigentes de la CONCANACO han exigido que las autoridades refuercen la seguridad, argumentando que el asesinato de un líder que alzó la voz es un atentado contra la democracia en México.
El homicidio de Carlos Manzo se suma a una tendencia alarmante de asesinatos de alcaldes y representantes populares en el país, simbolizando el alto costo de ejercer la política en zonas de alta disputa criminal.
