Tras la renuncia de Ana Eugenia Patiño Correa como directora del Centro Cultural Manuel Gómez Morín, comenzaron a multiplicarse las quejas de ciudadanos que señalan desorganización y falta de rumbo en las actividades del recinto. El centro, que había retomado talleres y programas para jóvenes y adultos mayores, hoy opera —según denuncias— sin una coordinación efectiva.
Los inconformes aseguran que algunos maestros y empleados “se la pasan sin hacer nada” o atendiendo tareas que poco tienen que ver con los programas culturales, los cuales, dicen, han ido perdiendo fuerza con el paso de las semanas. Por ello, piden al Gobierno del Estado nombrar cuanto antes a una nueva dirección capaz de retomar el ritmo y garantizar resultados “a favor de la cultura y del arte en Querétaro”, especialmente para quienes no pueden costear espacios privados.
Quienes han alzado la voz recuerdan que Querétaro es una ciudad con tradición artística, cultural y con buena reputación en la materia. Temen que una mala gestión termine afectando a una de sus instituciones emblemáticas, ubicada en un sitio cargado de historia: donde alguna vez estuvo la Central Camionera, y a unos pasos del antiguo lienzo charro El Queretano y del estadio municipal que albergó al equipo de Primera División.
El Gómez Morín no solo es un edificio; es parte del anecdotario urbano y un punto de encuentro para generaciones. Por eso, los alumnos —de todas las edades— piden que sus quejas sean escuchadas y que el centro recupere pronto la vitalidad que lo ha caracterizado.








