Bitácora 670.-
Escribe:-#Eduardo Gálvez Ruz
Nunca, en ninguna época de la historia, se ha escrito y publicado tanto como ahora. Pero tampoco tantos seres humanos hemos leído sobre temas tan diversos. Esto no quiere decir que el nivel de lectura sea óptimo, más bien es bajo, pero lo mejor es que hay que reconocer que el porvenir de la lectura es parte del actuar cotidiano. Es necesario promover la Cultura del Libro, cuya lectura nos ha llevado de la mano a recorrer la historia, desarrollar la imaginación, revivir los recuerdos y son una fuente de riqueza cultural.
Para la mayor parte de los que hoy estamos aquí, la literatura y la cultura son de las riquezas que nos brindan los libros. Pero si acudimos a la librería de un centro comercial, nos damos cuenta de lo poco que es visitada esa zona; y donde la gran mayoría de esos libros se refieren a manuales de autosuperación, dietas, horóscopos, guías para la sexualidad, de computación y hasta manuales para invertir en la bolsa de valores. Sin embargo todos, libros y no-libros, tienen algo en común: están escritos, bien o mal pero están escritos. Insisto, jamás la escritura ha tenido la difusión de la que goza ahora. Es de llamar la atención que esos grupos que visitan las áreas citadas, son personas mayores de 30 años, poco joven se acerca a estas zonas.
Quinientos canales de televisión difunden textos, el Internet con su telaraña de suscriptores y los sistemas móviles de telefonía, también difunden textos, pero que ya han perdido el sustento tradicional del papel. Leer es un factor esencial para la formación completa del ser humano, ya que contribuye al desarrollo intelectual, ideológico y moral de la persona.
El papel como lo conocemos actualmente, tiene alrededor de siglo y medio de existir y empezó a elaborarse a partir de la pulpa de la madera. Y pese a todos los esfuerzos de reciclar, se ha encontró gran resistencia de parte de las empresas papeleras; es preocupante pensar en las grandes dimensiones de bosque que se han consumido para la elaboración del papel. Para mitigar este sentimiento de culpa, las impresiones de periódicos y libros es nada, si se compara con las cantidades de celulosa invertidas en servilletas, pañuelos desechables, rollos higiénicos o envolturas. Aunque actualmente uno de los temas para la mejora de nuestro ambiente y el cuidado de los bosques, es el reciclaje. Ya algunas empresas dedican parte de sus inversiones en generar productos que puedan ser reciclados.
Lo cuestionable de la difusión masiva de la lectura y escritura por los sistemas modernos de comunicación, es el deterioro de la riqueza gramática, esto es en todos los idiomas, y, en particular, en el nuestro. Leemos contracciones, modificaciones, antónimos, sinónimos, la colonización o destrucción de nuestro lenguaje; la pobreza de comunicación escrita, está a la vista de todos los que somos usuarios de las computadoras, módems, teléfonos móviles, etc.
El hábito de la lectura se inicia desde que el ser humano es niño. En preescolar es donde debe iniciarse el gusto por la lectura, y debe mantenerse, de manera constante con el propósito de potencializar su desarrollo intelectual. Durante primaria, secundaria y educación media superior, debe fortalecerse este hábito.
Con preocupación nos damos cuenta de la pobreza que existe en algunos profesionistas cuando tienen que leer ante público. Y no se diga cuando tienen que redactar algún escrito, la constante es una ortografía pésima. Consecuencia de la falta del hábito de leer.
Se necesita buscar y encontrar métodos para que el joven tenga el gusto por la lectura. En esta tarea tienen que participar los gobiernos municipales, estatales, federales, la iniciativa privada y todos aquellos que sientan el compromiso de incentivar para la formación del hábito de la lectura. Un reto complejo, pero vale la pena llevarlo a cabo.
Se escucha como pretexto el precio alto de cualquier libro. Eso es cierto, pero si tuviéramos el hábito de la lectura, evidentemente los libros tendrían precios más accesibles. En una encuesta sobre el hábito de la lectura, México ocupa el lugar 107 de 108 de países lectores, según datos del INEGI, esta información es deprimente; actualmente los mexicanos leen 3 libros al año, esto en ciudades de más de 100 mil habitantes. En las ciudades de menos de cien mil habitantes, no hay referentes, pero podemos imaginar el porcentaje ínfimo de lectores.
Si las palabras tienen hoy una difusión nunca imaginada, ¿de qué nos lamentamos? Lo que debe preocupar es rescatar el hábito de leer. La literatura seguirá existiendo porque es parte de la humanidad y estará siempre presente. La lectura es parte del desarrollo cultural de un país; por lo tanto, se necesita fomentar la lectura para avanzar como sociedad.