Bitácora 633.-
Escribe:- Brian Montero
Para mediados de los años 80, en nuestro bello y a veces extraño país, la música rock, había sufrido daños
irreparables, desde aquel mítico concierto de Avándaro en 1971, ese género en particular fue atacado y casi
sepultado, condenado a vivir entre los llamados hoyos funky, comienza una nueva década y con ello hay más
apertura cultural, ya las bandas de rock, pueden ahora presentarse en conciertos y publicar sus discos y hasta,
si señores hacer presentaciones en la tv, en canales como radio educación. Con este ambiente propicio para
que este maravilloso género renaciera, y luego de un pleito legal entre quienes formaron una banda que en su
momento se llamaba Three Souls in My Mind, Alejandro Lora, edita un álbum titulado: Simplemente, con un
fondo rojo y en tono blanco y dorado El Tri. De ese LP se desprendió una cancioncita de nombre Triste
canción de amor, con el tiempo se convertiría en una de las más famosas de la banda.
Si platicamos de los instrumentos, la batería de Mariano Soto, suena pura, directa, sin retoques, la guitarra de
Sergio Mancera, se ajusta perfecto, le da ese toque de melancolía y transmite cierta tristeza a pesar de lo
rápido de la melodía, el saxofón Arturo Labastida, es cosa aparte, nos comparte un toque de jazz y le da el
balance justo al romance de la letra, la voz de Alex Lora, ensambla todos los instrumentos y el tono sin tantos
altos y bajos, la convierten en una de las mejores canciones de los años 80 en español.
Como éxito de ventas, aunque en esos años no se llevaba un conteo exacto de las posiciones en las listas o de
ventas, se vendieron alrededor de un millón de copias, dándole a la banda el dinero suficiente para seguir
grabando más discos, a su vez otras bandas al ver tal éxito se aventaron al ruedo y llegó una nueva era para
el rock en español, pero como dijo la Nana Goya, esa es otra historia.
Aunque la mayor parte de las letras de las bandas de rock de esos años maravillosos, tenían tintes de
desesperación y lo cruel de la vida marginal, en este caso en particular la letra es una historia en equilibrio un
amor que no importa las teorías de la letra o cómo fue que llegó a componerse, lo cierto es que luego de
treinta y cinco años, nos sigue erizando la piel cuando suena esa hermosa bataca, no importa en qué lugar
llegue a nuestros oídos.
Y no olviden mis queridos amantes de la música, que nosotros somos un poema, que el poeta nunca escribió.