Bitácora 673.-
Escribe Brian Montero
Durante el verano boreal de 1816, el año sin verano, el hemisferio norte soportó un largo y frío periodo, lo que se conocería después como un invierno volcánico, debido a la erupción del volcán Tambora. Durante ese año, Mary Shelley y su esposo el poeta Percy Bysshe Shelley, hicieron una visita a su amigo el famoso Lord Byron que entonces residía en Villa Diodati, Suiza. Una tarde después de leer una antología alemana de historias de fantasmas, Byron retó a los Shelley y a su médico personal John Polidori, a quien dedicaré una columna sin duda, a escribir, cada uno, una historia de terror. De los cuatro, solo Polidori completó la historia, pero Mary concibió una idea, que digo idea, una genialidad, la cual fue el germen de la que es considerada la primera, así es, la primera, historia moderna de ciencia ficción y una excelente novela de terror gótico. Pocos días después tuvo una pesadilla o ensoñación y escribió lo que sería el cuarto capítulo del libro. Se basó en las conversaciones que mantenían con frecuencia nuestro amigo Polidori y su joven esposo Percy Shelley respecto de las nuevas investigaciones de Luigi Galvani y de Erasmus Darwin que trataban sobre el poder de la electricidad para revivir cuerpos ya inertes, algo que para esa época era increíble, descubriéndolo con lo que se conoce hoy en día como experimentos galvánicos.
Influenciada por todos estos elementos, creó un personaje de nombre Viktor Frankenstein, el cual mediante ciertos aparatos y artilugios, crea un nuevo ser humano, tomando partes de cuerpos muertos, algo que la medicina moderna haría 150 años después, y que ahora es algo totalmente normal, sin embargo para aquella época leer algo así, y más aún escrito por una mujer, era totalmente escandaloso, no olvidemos que para 1800 y hasta inicios de 1900, la literatura giraba en torno a temas más “románticos”. Así es como esta encantadora mujer Mary, crea lo que sería uno de los personajes de ciencia ficción más conocidos de la historia y más homenajeados, en el cine, en las series de tv como la clásica Familia Monster, y por supuesto en la literatura .
Prometeo recordando a los griegos, fue quien compartió con la humanidad el fuego y fue castigado por eso, no por nada el nombre de la novela, aplica bastante bien tomando en cuenta que el doctor Viktor, prolongó la vida mediante el “fuego” de la ciencia, es una lástima que en su momento la historia pasó casi desapercibida y no fue sino hasta muchos años después cuando por fin se le dio el lugar que merece en la literatura, nuestra querida Mary Shelley y todo gracias, a un monstruo.