#Bitácoramultimedios 640.-
Año, 1966, anno Domini, se publica una historia sencilla, contundente y actual, a pesar de que han pasado 53
años, sigue vigente, su escritor, Juan Sánchez Andraka, aunque su apellido se escribe Andraca, en la primera
edición de su novela, la que le da nombre a este artículo, se cometió un error y decidió debido al éxito que con
el tiempo tendría, dejar el error tal como se publicó, Juan quien hasta el día de hoy 2 de noviembre, cuando
estoy escribiendo este articulado sigue vivo, activo y lúcido, nos cuenta en este sencillo relato, el fragmento
de la vida de un joven de nombre Antonio Mendoza, el cual vive en una comunidad rural, tiene hermanos,
padre y madre, los cuales le han formado de una manera honesta, con limitaciones, conforme vamos leyendo
nos encontramos con que los maestros del pueblo, no enseñan cómo deberían, a excepción de un docente
comprometido con su profesión, el prestamista del pueblo que se enriquece a costillas de los que se acercan a
el por necesidad, Antonio se da cuenta de los vicios que tienen sus vecinos, siendo una persona joven,
cursando la secundaria, tiene la intención de ir a la ciudad de México para tener un futuro diferente.
Con un lenguaje sencillo, coloquial y con expresiones propias del medio rural, la descripción que el escritor
nos hace del pueblo, de sus costumbres y del carácter de Antonio, nos lleva de la mano y nos hace participar
en la historia como un espectador y nos hace tomar partido, desde el punto de vista de un joven de 16 años, el
cual se enfrenta en su vida diaria a dilemas morales, convencionalismos sociales, su propio crecimiento
personal, la relación con su familia, la religión, sus amigos y su desarrollo como persona. Lectura obligada en
este 2020, ya sea que tengamos 16 o 66 para no ser Un mexicano más.