Una de las festividades más largas de todo el país y con reconocimiento de la UNESCO como patrimonio de la humanidad.
Tolimán, Querétaro, tiene una magia infinita, una cultura milenaria, una tradición imperdible y una calidez extraordinaria.
Historia y relevancia cultural
Esta enorme tradición, que conjuga historia, sincretismo, tradición y cultura Otomí-Chichimeca, es una de las festividades más emblemáticas no solo de Tolimán, sino de todo México. Su preparación y duración se extiende por tres meses, y ha recibido el reconocimiento de la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, en parte por su trascendencia histórica que data de 1540.
Roles comunitarios y organización
Los roles comunitarios son fundamentales: mayordomos, cargueros y cuadrillas de danza organizan rituales, velaciones y actividades culturales. Estas cuadrillas representan los barrios del municipio y realizan recorridos por capillas, narran la historia de la conquista mediante versos y escenificaciones, manteniendo viva la memoria histórica.
Elementos tradicionales
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Xitales: encargados de visitas y tareas rituales durante la temporada festiva.
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El Chimal: estructura construida con materiales locales (carrizo, sotol, madera), adornada con flores, frutos, pan y tortillas, levantada frente al templo en fechas específicas como ofrenda mayor.
Calendario y rituales
La festividad se extiende aproximadamente de junio a finales de septiembre / inicios de octubre, conjugando fechas religiosas católicas (San Pedro y San Pablo, 29 de junio; San Miguel Arcángel, 29 de septiembre) con rituales agrícolas, agradecimientos y pedidos de protección para la cosecha.
Participación comunitaria
El éxito del evento depende de la cooperación de las familias, que reciben visitantes, organizan comida y hospedaje, decoran el Chimal y atienden a los danzantes. La preparación de danzas, versos, velaciones y ofrendas fortalece la transmisión generacional de la cultura otomí-chichimeca.
Significado y preservación
La festividad no solo conmemora eventos religiosos, sino que es una expresión viva de la memoria comunitaria, conservando lengua, tradiciones y valores. Investigaciones académicas, como “La fiesta a San Miguel Arcángel: memoria colectiva de un pueblo otomí” de Ana Laura Medina Manrique, señalan que estas celebraciones ayudan a mantener la identidad otomí a través del tiempo.
Reconocimiento y patrimonio
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Patrimonio Cultural Inmaterial de México y declarado por la UNESCO
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Conserva el espacio físico, paisaje agrícola y temporalidad anual
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Refuerza los vínculos sociales, la hospitalidad y la participación intergeneracional
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Preserva la memoria histórica, incluyendo la representación de la conquista y creencias anteriores al cristianismo
La festividad de San Miguel Arcángel en San Miguel Tolimán es un símbolo de identidad indígena viva, una manifestación de fe, cooperación comunitaria y preservación cultural que continúa floreciendo y dejando huella en el mundo moderno.