*** El evento se verificó en el Cerro del Calvario, y también en el jardín central de la cabecera municipal.
*** Se explicó que no solo somos presencia, sino esencia, y que el territorio es tierra sagrada.
Por Raúl Rosillo Garfias
Tras realizar con mucho éxito y una gran asistencia, el Festival del Buen Temporal, y de darle la bienvenida al equinoccio de primavera, Alejo Sánchez de Santiago, explicó a muchos de los asistentes que el lugar en donde está asentado Tolimán es tierra sagrada y el respeto es la base de la supervivencia y la fortaleza de tradiciones, costumbres y sobre todo de el sustento cultural basado en el conocimiento trasmitido de generación en generación.
El denominado Festival del Buen Temporal, es el concepto más amplio del espectro que tiene que ver con la productividad de la tierra en un municipio, que es de los que tienen mayor cantidad de población originaria, y en donde la tradición y el valor de la cultura está en saberlo transmitir, como el hecho de enseñarle a los niños y a los jóvenes, que el Chimal que se levanta cuando se tienen estas festividades, es un gran escudo contra las fuerzas del mal.
Teniendo como escenario el Cerro del Calvario y el centro de reuniones del jardín principal de esta ciudad, este equinoccio de primavera que no se parece a ningún otro, se verificó con los mejores augurios para que los hombres y las mujeres que trabajan el campo y en general todos los que son entes productivos, que las energías positivas de esta tierra los ayuden a ser cada vez mejores y a vivir bien.
Durante estos dos días, disfrutamos de danzas, música tradicional, talleres, conferencias y el Ritual del Buen Temporal, actividad central que nos invitó a reflexionar sobre la importancia de vivir en armonía con la naturaleza… pero además queda claro y preciso que la tierra es un santuario al que hay que honrar, con respeto, solidaridad y unidad, sin olvidar que están ahí las capillas de las ánimas… dejando en claro toda esta cosmogonía de los pueblos originarios, es muy clara, cuando ellos saben que … no solo somos presencia, sino que también somos esencia.