Bitácora 689.-
Joaquín Antonio Quiroz Carranza.
De la colección 21 para el 21 el Fondo de Cultura Económica nos entrega este libro, obra del dramaturgo y escritor Emilio Carballido, “Tiempo de ladrones. Historia de Chucho el roto”. Ambientada en la época en que muere Benito Juárez, el libreto pone voz a los personajes, el protagonista Jesús Arriaga mejor conocido como Chucho el roto, un joven mexicano que tras leer múltiples libros sobre las contradicciones entre ricos y pobres, y entender cómo mediante la explotación del trabajo asalariado, los ricos son cada día más ricos, decide robar a estos para repartir las riquezas entre los pobres.
Emilio Carballido nos hunde en las escenas donde el héroe popular muestra sus ideas, su amor por Matilde, con quien tras un tórrido romance procrea una hija, que es arrebatada a la madre y entregada para su cuidado a una nana, posteriormente robada por el padre y de quien huye para regresar con su madre, tras conocer su origen.
Chucho el roto organiza una red de ladrones que, con disfraces y engaños, taimaba a la policía y a los ricos para burlarse de ellos y robarlos. Un principio de este carpintero de oficio era: no matar. Enamorado de la cultura y de la música Chucho el roto organiza el intercambio de un violín Guarneri, propiedad de un coleccionista, por piezas robadas a la iglesia, para entregarlo gratuitamente a la niña ciega Consuelo quien no podía hacerse de un violín.
Como una forma de lograr su detención, el jefe político de Zacualtipan, Hidalgo ofrece una recompensa de 2000 pesos, pero Chucho el roto a su vez ofrece una de 5000 pesos por Joaquín Piña y González, el jefe político de esa región, a quien le juega un engaño mediante una supuesta traición.
Leer la obra nos imprime una actualidad desbordada por las similitudes de las contradicciones de clase entre pobres y ricos en el México convulso del siglo XIX, la epidemia de fiebre amarilla que se presentó en Mazatlán en 1883, respecto a los sucesos actuales.
Con aventura, pasión, robo y un profundo amor por el prójimo, el autor hace hablar a Chucho el roto, para contar como con lo robado a los ricos mantenía dos escuelas primarias, un asilo, una escuela de artesanías y repartía lo obtenido entre los pobres sin preguntarles quienes eran, simplemente porque tenían todo el derecho del mundo.
Sumergirse en esta obra, recomendable para jóvenes y adultos, es una lectura apasionante que al empezar el lector queda atrapado y sigue sin pausa hasta su final. Bienaventurados los que leen, porque de ellos será el reino de la cultura.