Autor:- Mimo Laja
La ausencia disminuye las pequeñas pasiones y aumenta las grandes,
de igual modo que el viento apaga las velas y aviva las hogueras.
A Emanuel:
Te espero. Te espero mientras tramas tu red, deseando caer en tu trampa, tensando mis músculos, abriéndome los poros, anhelando un misterio de tus labios. Uno pequeño. Pero muy hondo…
Me preparo. Afilo la cuchilla que ha de rasurar mi coño, si, lo se, a veces c reo que eres tú esa cuchilla y que te resbalas por los labios de mi sexo con la precisión de una puta navaja. Escucho en “ris-ras” de tu filo arrastrándose por mi suave piel, ablandándome, poseyéndome, haciéndome abrir la boca de gusto, dejando escapar mis gemidos y resbalar mi saliva por la comisura de mis labios. Jodido cabrón. Si así es, mi coño es tuyo, yo soy tuya…y cada vez que te da la gana vienes aquí y tomas lo que quieres… Maldito cabrón…sabes que no hay nada en el mundo que desee más que sentir tu rabo entre mis labios, resbalando en el cielo de mi boca, hundiéndose hasta mi garganta, ahogándome en mi propia saliva, asfixiándome de ti y de tu latido. Porque sabes que adoro esas gotas de ti susurrándome que te tengo cachondo, que tiemblas con cada lamida, que te estremeces con el roce de mi lengua…
Mi cabeza da vueltas, mi piel se eriza, tengo los pezones reventando de ganas, duros como las jodidas piedras del infierno. Ven por mi carajo, ven ya. ¡Ahora!. Te necesito en mis caderas, jadeante, rítmico, mío, saliendo y entrando en mis ganas hasta hacerme daño. Quemándome con el brío de tu pito. Una vez, dos, millones de veces. Escociéndome de amor-pasión-lujuria-juego. Me quemas, me abrazas. Si eres una hoguera de lasciva donde mi cuerpo se retuerce. Mira mi coño, míralo bien, rojo, blando, estremecido. Maldito, maldito cabrón me estas matando con tu lengua, con cada golpe de ti sobre mi sexo, haciendo resbalar tu saliva por mi clítoris. Despacito, como te gusta ponerme a la expectativa. Temblando, suplicándote que me penetres, sacudiéndome. Maldito cabrón! Sabes cuánto me gusta esperar, como lo odio y mi coño gotea con cada gesto tuyo, con cada una de tus artimañas.
Pero si, espero, porque sé que habrá un momento en el que yo sea un volva en erupción, llena de ígneas burbujas, me tendrás en ese punto incandescente en el que sabes que puedes hacer conmigo lo que quieras. Y entonces sí, seré tu puta entregada, tu sumisa doncella, tu jinete de apocalipsis, tu amazona, tu yonki doblegada, tu acolita, tu zorra, tu niña mala. Y me devolverás al infierno. Puede que ambos nos resucitemos a golpe de ginebra y besos, lujuria y ganas, pito, coño sexo, esperma, vida…ahí te espero hijo de puta.