Escribe.- Edilzar Castillo
Perdido
entre luces que hacen oscurecer
el pico de un gorrión,
los pulgares de una rana,
mientras el azar, toma una flor de luz
y la reduce a sombras.
Indiferencia y pájaros picoteando el cráneo del tiempo
como si los lamentos fueran sólo fuegos fatuos
y el asombro un armario para guardar el alma
los días maduran en las opacidades del corazón.
El edificio del amor
huele a silencio
que viene de los huesos
de los ruidos sordos
forman un sagrado rumor que va creciendo
y se arrastra por las calles polvorientas
de San Juan
y atraviesan la corteza de la noche y del día
dormidos en los pulsos de la luz.
A golpes de piedras añejadas
la muerte se levanta de su recinto oscuro
tiende sus cascabeles sobre una flor de hueso
cancela soles con su mano helada
y los hombre se ocultan, se cobijan
comen pizzas
hot dogs y frutas de plástico
se refrescan con el cáncer oscuro
milagro de los mundos hundidos,
fundidos en sus sueños