La Secretaría de Salud del estado de Querétaro (SESA), se adhiere a la conmemoración por el Día Mundial de la Endometriosis este 14 de marzo, con el objetivo de dar a conocer este padecimiento que afecta a la población femenina a nivel mundial y que altera la calidad de vida de las personas que la padecen.
El Instituto Nacional de Perinatología (Inper) “Isidro Espinosa de los Reyes” de la Secretaría de Salud informa que, en el mundo, 10 por ciento de las mujeres en edad reproductiva padecen endometriosis y se estima que en México afecta a más de siete millones, muchas de ellas no están diagnosticadas debido a que consideran como normal el dolor menstrual.
El endometrio es el tejido que recubre la parte interna del útero. Los cambios hormonales que rigen el ciclo menstrual pueden ocasionar aumento del grosor y de la vascularización de las células endometriales, con su consecuente deterioro.
Las mujeres mayores de 35 años que no se han embarazado tienen más riesgo de desarrollar endometriosis, un padecimiento que se presenta cuando el endometrio se descama y esos restos crecen fuera de la matriz, e invaden la zona abdomino-pélvica, ocasionalmente ovarios, trompas de Falopio, intestino, recto, pulmones y hasta el cerebro. Estos pequeños desprendimientos provocan dolor, sobre todo al término de cada periodo menstrual, e infertilidad, y se puede presentar entre los 11 y 55 años de edad.
Existen diferentes tipos de endometriosis, las más comunes son la profunda (cuando se afecta una zona donde se unen la vagina y el recto, lo que ocasiona dolores intensos); tubárica o de trompas; pélvica-peritoneal, que genera lesiones superficiales en los ovarios, así como la serosa, que causa afectaciones vasculares, fibrosis y cicatrización.
Otro tipo de endometriosis es la intestinal. El síntoma más frecuente es el sangrado rectal que origina tumores rectales en mujeres que están en la premenopausia, particularmente quienes tienen antecedentes de infertilidad.
Hasta la fecha no se ha encontrado una causa especifica; sin embargo, la genética, obesidad, relaciones sexuales a temprana edad, consumo de tabaco, inadecuados hábitos alimenticios o abortos involuntarios pueden predisponer el desarrollo de la enfermedad.
Las mujeres que se embarazan tienen menos probabilidad de desarrollar endometriosis, pero se puede presentar años después del último parto.
Los síntomas son: fuertes dolores pélvicos durante el periodo menstrual, dolor al orinar y al defecar, depresión, ansiedad, malestar en el sistema digestivo y durante o después de las relaciones sexuales, diarreas, infertilidad, hipersensibilidad, alteraciones de órganos reproductores, sangrado abundante, sangrado ocasional entre un periodo y otro, así como menopausia temprana.