La Cámara Nacional de la Industria Panificadora aseveró que los panaderos enfrentan una “mala racha” desde 2014.
El presidente de la Cámara Nacional de la Industria Panificadora (Canainpa), Carlos Otegui Hernández, sostuvo que de 2012 a 2016 se ha registrado un crecimiento anual de solo 1.0 por ciento en el sector, debido en parte a la informalidad y a la competencia con tiendas de autoservicio.
El sector panadero estima cerrar 2017 con una baja en sus ventas de entre 3.2 y 3.8 por ciento, como consecuencia en este periodo del incremento en el precio de los energéticos y los insumos para la elaboración del alimento.
En entrevista, Otegui Hernández aseveró que los panaderos enfrentan una “mala racha” desde 2014, cuando entró en vigor el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) y, con ello, el ajuste de los precios de la luz, el gas y las materias primas.
Desde entonces, indicó, la creciente informalidad y las ventas del pan a bajo costo dentro de las tiendas de autoservicio también han representado un desafío para el sector.
“El panadero ha intentado sacrificar muchísimo en las subidas de precios de cada año, pero la verdad es que llevamos muchos años con muchos impactos”, remarcó el presidente de la Canainpa.
Datos del organismo revelan que la industria mexicana de panificación tiene un valor de seis mil 500 millones de dólares y el consumo per cápita asciende a 34 kilos anuales, de cual entre 70 y 75 por ciento está relacionado con el pan blanco y el resto al dulce, galletas y pasteles, entre otros.
El consumo por mexicano es muy bajo respecto a algunos países de Sudamérica (Chile) y Europa (Turquía y Alemania), en donde sus habitantes sobrepasan los cien kilos, por lo que los panaderos se encuentran en una lucha constante por una recuperación, acotó.
A decir de Otegui Hernández, este otro inconveniente responde a la mala publicidad relacionada a que “el pan engorda”; de ahí el aumento en el sobrepeso y la obesidad de la población, “pero todas las personas debemos hacer un consumo responsable con todos los productos, no solamente el pan”.
Esta cadena industrial es la tercera fuerza empleadora de mano de obra en el país, después de la construcción y la automotriz. Se estiman 460 mil empleos formales y, de ellos, 81.9 por ciento son de las panaderías artesanales, aunque son más de un millón 200 mil personas relacionadas con este sector.