Por Raúl Rosillo Garfias
Hace 54 años, buscando una oportunidad de trascender y de dejar huella, en una escuela que parecía modesta, pero que se había ganado la fama de formar a los mejores educadores de Querétaro, sin demeritar a algunas otras Escuelas Normales, unos 74 estudiantes de diferentes lugares del Estado, algunos muy apartados, pero no por ello se desanimaron… era la primera generación con una duración de 4 años, después de la Secundaria.
Llegaron a aquella escuela que operaba en un edificio del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, en pleno corazón de la ciudad capital, las inscripciones eran rápidas, y las recomendaciones tajantes, aquí se viene a estudiar, los maestros son exigentes y se respetan… si quieren ser maestros, profesores o educadores, tienen que pensar y actuar como agentes de cambio, en esta sociedad que requiere de ser educada y encausada, fueron algunas de las recomendaciones iniciales de Amador Copado Ramírez, luego vendría la confirmación del maestro José Morales Lira, director de la institución y extraordinario maestro de didáctica.
Luego habría que estar atentos a las clases de Ariel Sánchez Albarrán de José Mosqueda, del propio Copado Ramírez, de actividades agropecuarias del maestro Lanuza, y había que participar además en los concursos de declamación y oratoria, jugar volibol y futbol… y las ilusiones se seguían extendiendo, sobre todo que había compañeros que ya estaban en el sistema educativo, eran mayores, pero también eran gente experimentada y ayudaban mucho a que las clases fueran verdaderos deleites .
Ahí se empezaron a forjar ese grupo de maestros que se convirtieron en agentes de cambio para las comunidades a las que fueron asignados, trabajaron incansablemente, muchos siguieron preparándose tanto en la Universidad Pedagógica Nacional como en las escuelas Normales superiores de la región, pues querían acudir a los siguientes niveles de educación…
Esta desde luego no es una crónica, son vagos recuerdos de una generación que se reencuentra cada último jueves de mes en un desayuno anecdótico, que bien puede ser en la capital o bien en alguno de los municipios en donde ha habido presencia de maestros de esa generación… Ahora tocó en San Juan del Río… y aunque sólo llegaron 14 compañeros, fue suficiente para tener mucho de qué reír y mucho de que recordar… en hora buena… pues gracias a los propios maestros todos jubilados, se prepara ya el 50 aniversario de egresar de la gloriosa Escuela Normal Vespertina de Querétaro.