*** En ocasiones las historias no están documentadas, pero si en la oralidad de la gente…acudamos ahí.
*** En un recorrido por las Vaquerías nos encontramos este portento de construcción .
*** La presa de San Felipe de Jesús, o San Felipe de la Ladera, es sin duda una gran obra de ingeniería
Por Raúl Rosillo Garfias
En el preludio de que San Juan del Río cumpla 500 años, las sugerencias que se hacen a las autoridades municipales, al cronista de la ciudad, a los conocedores del municipio, y de sus 84 comunidades, sus más de 300 colonias y fraccionamientos, estriba principalmente en el rescate de la identidad, y junto con ello darle vida a la sanjuanidad, propiciando que quienes viven y comen de esta tierra, se sientan orgullosos de pertenecer a ella y de haber llegado a un lugar de progreso y desarrollo, pero también de paz social y de gente cálida.
Cuando la vagancia nos lleva a estos lugares, porque el trabajo reporteril , es así… abrir los ojos, poner atentos los oídos, para conocer lo que sucede y también registrar algunos detalles que pueden representar interés histórico o bien crónico para entender el porqué el municipio tiene entre sus importantes actividades la agricultura y la ganadería.
El trascendental esfuerzo realizado por las generaciones anteriores para luchar contra la fuerza de la naturaleza y aprovecharla a su favor, para arrancarle con su ayuda los frutos a la tierra, frutos que a diario y hasta la fecha siguen llegando hoy gracias al riego de 51 pozos profundos que están en función de la Presa Constitución que se construye en el periodo de gobierno del presidente Gustavo Díaz Ordaz, y que estas presas auxiliares, que detenían el agua del Río Galindo siguen siendo importantes porque detienen las avenidas y moderan su llegada aguas abajo…
Esta presa de calicanto, con una mampostería envidiable y unos contrafuertes mayúsculos que son su sostén principal, de conocer como la presa de San Felipe de Jesús, o también llamada como San Felipe la Ladera, se encuentra en el ejido de Galindo, recoge el agua del Río Galindo, para luego cuando las demasías son fuertes las deja escapar por su vertedor central construido igual de calicanto, pero a manera d e lomo de toro, para evitar el rompimiento de la cortina y así el cordón de agua puede subir lo necesario y caer nuevamente al Río generando además una reducción importante de velocidad evitando daños a cultivos y a construcciones aguas abajo.
El agua finalmente llega a la Presa Constitución y según los conocedores y el vulgo popular recogido por el acucioso secretario de Desarrollo Agropecuario que tiene importantes registros históricos de estos bordos y presas, Roberto Jiménez Salinas, esta presa se ubica al final de la denominada cañada de los Zúñiga, en la meseta de la comunidad de Vaquerías, hoy conformada por la Laguna, el Salto y Vaquerías y algo más que ha dado ya la ampliación de las zonas urbanas comunales.
No son cosa menor las historias de cada una de las comunidades, muchas de ellas casi todas las del sur oriente y sur poniente que colindan con municipios como Amealco, Escobedo y algunas muy cercanas a Michoacán, fueron desarrolladas y fundadas por madereros, carboneros y leñadores, que bajaban a las ciudades o pueblos grandes a vender el producto del monte y que ante las crecidas de los arroyos y los ríos, pernoctaban en las explanadas altas mientras bajaba la furia de la naturaleza… muchos de ellos empezaron a generar estancia y así nacieron estas comunidades.
No es la única condición, otros eran cuidadores de ganado de las haciendas, boyeros o pastores, y aprovecharon las planicies para llevar el ganado y cuidarlo cuando se presentaban fenómenos naturales, construyéndose para protegerse de los depredadores y de el frio, el calor y la lluvia casas de piedra sobre piedra, que hoy ha dado origen a comunidades importantes y completas, como lo son las Vaquerías.