*** Es un atractivo ver la cantidad de artesanías que se hacen en una comunidad como San Ildefonso.
*** Los hornos tradicionales en donde se cuece esta artesanía son fuentes de trabajo y de producción.
*** Adelantados e impactados por el consumismo, listas las calabazas, las brujas y otros productos.
Por Raúl Rosillo Garfias
San Ildefonso Tultepec, una de las comunidades del municipio de Amealco, con una gran cultura, y tradición artesanos de manos hábiles para la construcción con arcilla de jarros, loza y de unas fechas a la modernidad y sin perder su esencia, también producen calabazas, brujas y otros adornos propios poniendo en juego su creatividad y dándoles vida a sus tradicionales hornos de cocido, en donde dejan volar su imaginación y en serie hacen de todos los tamaños piezas de barro.
Esta comunidad indígena, en donde aún existe mucho la lengua ÑanÜ. O bien Otomí, está conformada por 10 barrios que le dan vida y que cada cual tiene sus propias características, han progresado gracias a la venta de materiales pétreos, sin dejar de ser artesanos del barro… La mayoría de las ventas de sillar de cuando menos 12 colores, salen de las diferentes capas de la tierra que encuentran en sus bancos.
Este sillar les ha llevado progreso y riqueza a todos estos habitantes de San Ildefonso, muchos de ellos visionarios, se han hecho de laminadoras de cantera, el corte del sillar ahora lo hacen con maquinaria, en sus inicios era a barra , pico y pala… hoy son ya industrias y lo han aprendido a vender y a colocar no sólo en los alrededores, sino en todo el país y en algunos casos hasta lo han exportado.
La temporada de fin de año no pasa desapercibida para ellos. Ya tienen en producción en sus grandes patios, lleno de inventario, para atender la venta de calabazas para decorar, o bien las venden ya decoradas, además de todas, las cientos de piezas que se ponen a la venta en las zonas indígenas, y en carreteras y mercados, es de verdad llamativa.
Esta delegación municipal es de las más importantes del municipio, sus 10 comunidades o barrios que la integran integran uno de los conglomerados originarios de mucha trascendencia, así se puede ver gente de El Saucito, de El Tepozán, Tenasda. El Bothe, El Rincón, Yospi, el Cusillo, Xajay, Lapini y desde luego Mesillas, todos con características propias, pero agrupados en una comunidad extraordinaria, llena de cultura, de tradiciones y de arte.
San Ildefonso está a sólo 20 kilómetros de la cabecera municipal, existe aún una cultura muy importante en la práctica de la medicina tradicional, la gastronomía es extraordinaria, su población crece todos los días como también su nivel de bienestar se ha visto mejorado, gracias a sus artesanías que han trascendido fronteras, la mayoría de los casi 3 mil habitantes de la zona hablan español y otomí, cuentan con vestimenta tradicional y la portan con orgullo.
El impulso al turismo y el distintivo de pueblo Mágico de Amealco, les ha beneficiado pues la venta de sus muñecas un poco diferentes a las de Santiago, también tienen una gran demanda, además de sus artesanías y loza de barro, y desde luego el Sillar que se ha convertido en un elemento clave para la construcción y que aún siendo algo caro, con un millar muchos resuelven el problema de edificar una vivienda.
San Ildefonso está enclavado en una zona en donde antes había una inmensidad de bosques de encinos madroños, pinos fresnos, capulines y tejocotes gracias a su clima templado húmedo, con más de 800 milímetros de precipitaciones pluviales que ahora se extrañan y que hacen falta para los cultivos… pero los viejos los tradicionalistas, dicen que ellos de niños vieron cómo se sacaba mucha madera de los bosques que sin duda fue a parar a las grandes ciudades y a las edificaciones que antes se hacían con mucha madera sobre todo en las techumbres.
Muchos afirman que apenas si recuerdan las recuas de animales que sacaban madera arrastrando vigas y morillos de entre los montes para hacer largas jornadas hasta las ciudades…hoy dicen se sigue sacando madera, pero lo hacen con maquinaria y con grandes camiones, no sabemos si tienen permisos o no, pero los bosques se siguen explotando de manera indiscriminada.