Por: Margarita Sánchez.
Cuando una persona tiene problemas de salud mental muchas veces se siente aislada, frustrada y abrumada. Todas las áreas de su vida se ven afectadas, incluso su forma de pensar, sentir y actuar.
La salud mental y las enfermedades o trastornos mentales no son lo mismo.
Es bastante común escuchar que las personas utilizan estos términos como si fueran sinónimos, sin embargo, salud mental y enfermedad mental son dos cosas muy diferentes.
La salud mental incluye nuestro bienestar emocional, psicológico y social de una persona. Afecta la forma en que pensamos, sentimos y actuamos cuando enfrentamos la vida. También ayuda a determinar cómo el ser humano maneja el estrés, se relaciona con los demás y toma decisiones. La salud mental es importante en todas las etapas de la vida, desde la niñez y la adolescencia hasta la adultez y la vejez.
Las enfermedades mentales o trastornos mentales, son afecciones graves que pueden afectar la manera de pensar, su humor y su comportamiento. Pueden ser ocasionales o de larga duración. Pueden afectar su capacidad de relacionarse con los demás y funcionar cada día. Los problemas mentales son comunes, más de la mitad de todos los estadounidenses han sido diagnosticados con un trastorno mental en algún momento de su vida. Sin embargo, hay tratamientos disponibles. Las personas con trastornos de salud mental pueden mejorar y muchas de ellas se recuperan por completo. Las más conocidas son la depresión, la esquizofrenia y el trastorno bipolar.
Hay condiciones que son pasajeras, mientras que las enfermedades o trastornos mentales son permanentes y afectan la habilidad de funcionar día a día. Puede que la salud mental de una persona esté siendo severamente afectada, pero esto no significa necesariamente que tenga o que vaya a desarrollar una enfermedad mental. Mientras que, por otra parte, puede que una persona que sí tenga una enfermedad mental pueda tener periodos de estabilidad emocional y bienestar social.
Es muy importante identificar las señales de advertencia que podrían indicar que usted o un ser querido puede tener un problema de salud mental:
- Cambios en sus hábitos alimenticios o de sueño.
- Aislarse de las personas y actividades que disfruta.
- Tener nada o poca energía.
- Sentirse vacío o como si nada importara.
- Tener dolores y molestias inexplicables.
- Sentirse impotente o sin esperanza.
- Fumar, beber o usar drogas más de lo habitual.
- Sentirse inusualmente confundido, olvidadizo, enojado, molesto, preocupado o asustado.
- Tener cambios de humor severos que causen problemas en sus relaciones.
- Tener pensamientos y recuerdos que no puede sacar de su cabeza.
- Escuchar voces o creer cosas que no son ciertas.
- Pensar en lastimarse a sí mismo o a otros.
- No poder realizar tareas diarias como cuidar a sus hijos o ir al trabajo o la escuela.
Si usted cree que puede tener un problema de salud mental, busque ayuda. La terapia de conversación y/o los medicamentos pueden tratar los trastornos mentales. Si no sabe por dónde comenzar, hable con su profesional de la salud.