Bitácora 691.-
Escribe:-… Alma Moronatti
Durante los años 50, John C. Lilly, un neuropsiquiatra americano, realizó una investigación sobre el origen de la consciencia y su relación con el cerebro. Este hecho le hizo descubrir la eficacia de la flotación para conseguir altos niveles de relajación. Fue así como John C. Lilly se convirtió en el inventor de los tanques de aislamiento sensorial.
El neurólogo quería crear un dispositivo que privara los estímulos externos para poder analizar el cerebro y el individuo en una situación de aislamiento. En un inicio, dio el nombre de “cámaras de privación sensorial” a estos dispositivos, pero posteriormente se conocieron como R.E.S.T (terapia de estimulación ambiental reducida).
El tanque de aislamiento sensorial, también conocido como terapia de estimulación ambiental reducida, flotarium, tanque ingrávido, cámara de flotación anti-gravedad o piscina de flotación, es un tanque lleno de agua salada que induce a flotar. Actualmente se ha convertido en una terapia, ya que ofrece distintos beneficios tanto físicos como mentales.
Caracterisiticas
El tanque de aislamiento sensorial contiene en su interior 600 litros de agua y 300 kilos de sales Epsom o sulfato de magnesio (un compuesto químico conocido con la fórmula Mg SO4·7H2O). De esta forma, se consigue crear una densidad como la del Mar Muerto donde cualquier intento de sumergirse se ve frustrado ya que el cuerpo flota sin ningún tipo de esfuerzo. Se pierde la noción del peso del cuerpo. La temperatura del agua oscila entre los 35º y los 37.5º C, de esta forma no se siente ni frío ni calor. La persona que entra en el tanque tiene la sensación de que su cuerpo se funde con el agua.
Efectos
La cámara de aislamiento sensorial tiene distintos beneficios. Los expertos creen que el tiempo en el tanque puede reducir el sistema nervioso simpático y encender el sistema nervioso parasimpático, relacionado con el descanso, de manera que se induce a un estado neurológico de sueño.
Otro efecto es el aumento de la secreción de endorfinas, conocidas como las hormonas de la felicidad y consideradas analgésicos naturales producidos por el cerebro. Como consecuencia, la mente entra en un estado de relajación que permite usar partes inactivas del cerebro y armonizar los dos hemisferios. Este equilibrio garantiza una mejora de la salud física, mental y emocional.
Durante la flotación se ralentizan los patrones de las ondas cerebrales (conocidas como la onda theta). Estas solamente se experimentan durante el proceso de la meditación profunda o justo antes del sueño. A raíz de esta característica, se plantea que una hora de flotación en el tanque de aislamiento sensorial equivale a cuatro horas de sueño.
Este método se recomienda en tratamientos de ansiedad, depresión y épocas de cansancio acumulado. Sirve para combatir el insomnio, el dolor premenstrual, los dolores crónicos migrañas, asma y dolor de espalda.