Por Jerónimo Gurrola Grave
No queremos inventores de bombas atómicas, queremos creadores de fraternidad. Queremos maestros que enseñen a alumnos que van a ser buenos ciudadanos, que van a practicar el amor al prójimo, por eso son los cambios en los contenidos educativos, resaltó el presidente Andrés Manuel López Obrador en su discurso “sensiblero” engaña ingenuos, del festejo del Día del Maestro, el 15 de mayo de 2022.
Posteriormente, en el pasado mes de agosto, casi en su despedida como Secretaria de Educación, Delfina Gómez presentó el Plan de Estudios de preescolar, primaria y secundaria para el ciclo escolar 2022-2023, señaló que el nuevo plan promueve una educación para la democracia compuesta por respeto a la legalidad, autodeterminación y el ejercicio de los derechos políticos y sociales.
En ese evento hubo muchos discursos políticos, conceptos ideológicos y oratoria, pero al final muy poco se informó sobre el contenido de los documentos con los que se pretende modificar la educación de los niños y adolescentes mexicanos”. Como se dice en el palacio de las mañaneras: “es de que” los nuevos planes de la SEP son mucha ideología y poca pedagogía”.
El Nuevo Modelo Educativo elaborado por el ideólogo cuatro teísta, Marx Arriaga, consiste en la ideología anticolonialista, en que los estudiantes de quinto y sexto de primaria estudiarán “las injusticias del pasado y del presente” que dieron lugar a movimientos sociales en el país, y los de secundaria aprenderán temas como “qué partido impulsó las obras de infraestructura en el país, si fueron parte de una promesa de una campaña, en dónde se ubican y el nivel de satisfacción y beneficio para la población”, etc.
Pero para Roberto Rodríguez, Doctor en Ciencia Social del Colegio de México e Investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM es un retroceso o “una crisis dentro de la crisis” pues el nuevo plan de estudios para la educación básica, a partir de 2023, lejos de beneficiar a los estudiantes es un riesgo para ellos, es una regresión.
También para Gilberto Guevara Niebla, profesor, escritor y periodista, experto en educación, hay una muy grave declinación de la educación y explica que hay una escandalosa caída en los aprendizajes, porque la prueba PISA y Planea, del (desaparecido) Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), durante años confirmaron que los alumnos de primaria, secundaria y preparatoria no han teniendo lo que se esperaba en matemáticas, lengua y civismo, los tres ejes del plan de estudios, y lo más importante, el presupuesto en este sexenio ha sufrido otra disminución.
Esto coincide con el hecho de que la educación que se imparte es de muy mala calidad, y las escuelas que están en condiciones materiales desastrosas, ya que el 20% de las escuelas, por ejemplo, no tienen servicio de electricidad. Los resultados son alarmantes, situación que repercute en la economía, en la política, en la cultura y en general en todas las dimensiones de la vida social.
Por lo que respecta a la inversión, según un reporte de octubre de 2022 por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), “Panorama de la Educación 2022”, el gobierno de México destina 3.6 veces menos por alumno de educación primaria, 2,977 dólares por estudiante (alrededor de 58,000 pesos), mientras el promedio es de 10,722 (215,000 pesos).
En secundaria invirtió 2,890 dólares (aproximadamente 60,000 pesos), cuando la inversión promedio son 11,400 dólares (229,000 pesos), y a pesar de ser de los países con una tasa más baja de educación superior, pues solo el 27% de las personas entre 25 y 34 años alcanzan este nivel, tiene la tasa más baja de inversión de los países pertenecientes a este organismo, 7,341 dólares (alrededor de 148,000 pesos) por año, mientras el gasto promedio en la OCDE es de 17,559 dólares (353,700 pesos).
Como se acostumbra decir en el palacio de las mañaneras: “es de que”, el modelo morenista privilegia la ideología y se aleja de la calidad educativa. Este gobierno no busca educar, lo que pretende es adoctrinar.