Por: Diego Mercado
Hace un par de semanas, comiendo con algunos maestros de la zona sur de nuestro municipio, platicábamos sobre el periodo radical de transformación en el que estamos entrando cómo humanidad. Sobre los impresionantes cambios y adopciones tecnológicas que todos los días vamos aprendiendo, usando y aspirando. Pero nos surgió una duda, ¿Por qué los Amealcenses sabemos tan poco de estos avances? ¿Por qué en nuestras universidades no se está hablando del futuro? ¿Cuál es la razón lógica por la que no somos parte de esta nueva ola de la tecnología? Y más aún, en general, ¿Por qué México y en sí América Latina, no compite con los grandes centros de investigación en el mundo? ¿Estamos tan lejos del metaverso? ¿Y tan cerca del conformismo y la poca participación? O es sólo cuestión de geografía, de “suerte” y de otros cuantos factores.
Vamos por partes, primero, es quizá difícil pensar que el mayor número de empresas que se dedican a la investigación y la apuesta tecnológica, estén cerca de nosotros, en el propio País vecino de Estados Unidos de América, es ahí donde desarrollos completos cómo Palo Alto en California, están construyendo un mundo nuevo, basado en los avances e investigaciones tecnológicas, desarrollos cómo las impresoras en 3D, drones que reparten pizza, autos sin conductor, relojes que toman el pulso cardiaco entre otros tantos más, empresas como Apple, Google, Facebook o ebay entre muchas otras, están creando en el presente, futuro para todas y todos.
Pero no creo que se trate solamente de los espacios o las extensiones fiscales que otorgan los gobiernos estadounidenses a estas empresas, ¡Es la gente! Lo que hace grande, interesante y ambicioso a Silicon Valley, no son las condiciones geográficas, o políticas, es la gente. Son espacios rodeados de gente de muchos rincones del mundo, ingenieros que tienen una visión muy amplia del mundo, personas que están en constante movimiento, aprendizaje y arriesgue impresionante. Ciudadanos jóvenes que hacen florecer los nichos de creatividad 24/7 lo que los catapulta cómo un líder de la innovación para el mundo futuro. Claro que como latinoamericanos, tenemos un potencial enorme, la creatividad colectiva es siempre mucho más importante que los factores económicos.
Creo que cuando no sabes en qué y en quién creer, tienes que crear, tienes que innovar y avanzar. Así que la invitación es clara, si queremos ser parte de este nuevo mundo, debemos entrarle a la investigación, a la inversión en tecnología, a la participación, debemos abrir nuestras mentes y nuestros círculos sociales. Debemos de construir el futuro que imaginamos, en el presente.