Reconocer: cuando opinar no debería costarte la voz

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<<La semana pasada hablamos de cómo un clic puede elevarte o borrarte, de esa mezcla entre aplauso y destierro que se vive en las redes. Pero detrás de ese movimiento tan veloz hay algo más profundo: la cultura de la cancelación, ese juicio colectivo que castiga sin proceso y deja cicatrices digitales que duran años.

La cancelación no ocurre de golpe. Primero se difunde el hecho, luego viene la acusación, después la exposición pública, más tarde la sanción —cuando llegan las pérdidas reales— y, al final, la acción directa, cuando la multitud exige borrar al señalado del mapa. No hacen falta jueces: basta la emoción colectiva y las ganas de castigar.

La investigadora Frances Coleman advierte que el verdadero riesgo no está solo en el castigo, sino en cómo reaccionamos. Creemos tener toda la verdad cuando solo vemos una parte. Buscamos confirmar lo que ya pensamos, seguimos al grupo por miedo a quedarnos fuera, actuamos más desde el impulso que desde la razón. Esa mezcla convierte a la red en una plaza donde cualquiera puede juzgar sin contexto. Aprender a mirar con pausa, a respirar antes del clic y a escuchar antes del juicio es el primer paso para no repetir el mismo error que señalamos.

Cada vez cancelamos más y pensamos menos. Se cancela por impulso, por miedo a quedarse fuera del coro. Lo que empezó como denuncia termina siendo linchamiento, y lo más grave es que borra el derecho al error. En el fondo, lo que buscamos no es justicia, sino pertenencia.

Salir de ese círculo exige una nueva educación digital: aprender a pausar, a contrastar, a dialogar. No se trata de justificar lo injustificable, sino de abrir espacios donde se escuche antes de condenar. El antídoto contra la cancelación no es el silencio, sino la conversación responsable.

Una red que critique sin destruir. Que acompañe sin exhibir. Porque no hay clic inocente, pero sí puede haber conciencia.

Leticia Pérez, instructora de Informática en ICATEQ Plantel San Juan del Río.
Desde la frontera entre pantallas y cuerpos, entre aulas y redes, entreteje los hilos de la tecnología y la sociedad con la fe de dejar, en cada lector, una chispa de reflexión sobre cómo habitamos internet.

Tags: #opinión, #reconocer, #REDES, bitacoradiario

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