Narrativa
¿QUÉ ES LA MUERTE? ES UN ESPEJO QUE REFLEJA LAS VANAS GESTICULACIONES DE LA VIDA.
Escribe.- Edilzar Castillo
Vivimos en un mismo territorio, en un mismo país, con valores homogéneos que nos dan identidad, sin embargo, nuestra cosmogonía de fiestas ofrece una extensa variedad de eventos paganos en donde aflora nuestra singular alegría a la cual acompañamos de una serie de ritos en donde se manifiesta, la música, el baile, la danza, la gastronomía e indudablemente todas ruidosas por la “cuetería” que es infaltable en dichos eventos ya que somos un pueblo ritual e imaginativo. Una de estas fiestas destaca en toda nuestra geografía ya que se celebra en todos los pueblos del país y en todos ellos tiene una connotación diferente aunque son los mismos motivos, nos referimos por supuesto AL FESTEJO A NUESTROS MUERTOS, que se realiza en los dos primeros días de noviembre, momento en que el tiempo cierra su abanico. En esta narrativa, nos referiremos a la polifonía de voces con que la nombramos en nuestra oralidad, y otros aspectos que se acostumbran en torno al suceso de la muerte. Mostramos al mismo tiempo una falta de respeto en donde enmascaramos el dolor callado que todos conllevamos muy adentro y a la vez la indiferencia del mexicano ante la muerte que se nutre de su indiferencia ante la vida, al fin que la muerte y la vida son contrarios que se complementan.
Comencemos explorando el concepto “Muerte” en los diversos contextos sociales en que se manifiesta. Recibe en nuestro lenguaje cotidiano una serie de nombres, con los que nos referimos a ella, ejemplo: No le decimos la muerte, la cambiamos por: La Huesuda, Pelona, Canica, Copetona, Catrina, Dientona, Flaca, Descarnada, Pachona, Pálida, Tiznada, Güera, Parca, Calaca, Impía, La tía de las muchachas, La novia fiel, La madre Matiana, La dama de la Guadaña, etc., ustedes quizá conozcan más nombres de este personaje. ¿Y cómo la nombramos cuando alguien muere?, ¡ah!, pero, que no se trate de un pariente cercano: Colgó los tenis, se petateo, entregó el equipo, estiró la pata, peló gallo, se enfrió, entregó la zalea, se dio de baja… etc., estas expresiones varían de acuerdo al espacio de nuestra geografía, pero la actitud de disfrazar el hecho es el mismo. Ahora, si la muerte fue ocasionada por un accidente el lenguaje se transforma en frases connotativas que envuelven este hecho, como por ejemplo: Lo dejaron firme, le sonaron la última campanada, le dieron su pasaporte para el otro mundo, le dieron chicharrón, le dieron matarile, le dieron mastuerzo, se lo cargó gestas, se lo llevó patas de cabra, se le llevó la huesuda, se lo cargó el payaso…etc.
Existe otra manera de expresarnos, cuando nos referimos a este indeclinable evento: Cayendo el muerto y soltando el llanto. Sobre el muerto las coronas (¿Qué quiere decir esto?- ¿Qué hay prisa por enterrar al difunto?) EL PÉSAME. Ahora ¿Qué pasa cuando hay un muerto sobre todo con los vecinos del barrio, de la colonia, en fin los que tengan alguna cercanía con el muerto…Que sucede?- Pues todos llegan a dar el pésame… Aunque en el fondo, a nadie le pese esto. Algunos se retrasan y lo dan en pleno sepelio, allá en el panteón. Los que llegan, siempre preguntan lo mismo, ¿A qué hora falleció? ¿De qué se murió? No faltan estas exclamaciones: ¿Cómo que se murió sí apenas ayer lo vi? (como si haberlo visto le diera licencia contra la muerte) Pobrecito, tan bueno que era, (aunque no se especifica, bueno para que, a veces el muerto era un bueno, pero para nada, será por eso se dice, que era bueno.) O BIEN OTROS EXCLAMAN: COMO QUE SE MURIÒ, SI ME DEBÌA. En el VELORIO, En muchas regiones se acostumbra a ingerir café, por allá en el sureste acostumbran a servir una suculenta cena. Cambiando un poco el escenario del difunto, si vemos a las agencias funerarias, ellas hacen su negocio en el peor momento de la vida de un ser humano, en su muerte, pero para ellos es el mejor, para tal caso, la mercadotecnia dispone de una gran variedad de ataúdes, para pobres, para ricos así como todo el protocolo del sepelio, posteriormente la familia acostumbra una lápida en la tumba en donde se inscriben datos significativos del difunto. A veces algunas frases son tan pintorescas que denotan la personalidad del finado. A esta leyenda se le denomina Epitafio, precisamente, la gracia de estos, fue lo que dio origen a lo que hoy se conoce como “CALAVERAS”, que data de la colonia.
Actualmente, en los días de muertos se acostumbra a vender calaveras de azúcar, el famoso pan de muerto, en algunos lugares esto es una oportunidad de fiesta, corridas de toros, cantinas cerca del panteón, fritangas, juegos, etc. Dentro del panteón los deudos algunos recuerdan con espiritualidad, otros como en el Sur festejan con música y comida. En los periódicos publican las famosas calaveras, consistentes en versos de personajes de la vida pública, quienes aún no han muerto, pero el juicio popular, les adelanta su juicio final.
Concluimos, asumiendo, que por encima del elogio o alabanza a los muertos, reconocemos que los seres vivos así como las cosas materiales,…Todos están sometidos a la ley del tiempo. Todo pasa, todo perece, la muerte y el fin de las cosas sucede inexorablemente. Sin distinción, pobres y ricos, lo selecto y lo ordinario. Recordemos que la muerte es intransferible como la vida.
El momento de la existencia terrenal sólo es un medio, para alcanzar nuestro sentido de trascendencia. Es la oportunidad de actuar, para que logre la vida eterna, quien lo merezca… FIN
Edilzar Castillo [email protected]