ÁBitácora 682.-
Escriben Roberto Jiménez Salinas y coolaboradoes
Uno de los grandes argumentos de las trasnacionales de la soya y transgénicos es que las vacas producen mucho metano y calientan el planeta. En consecuencia, piden no se consuma carne, ni leche si queremos al planeta, es injusto e incorrecto clasificar todas las formas de ganadería igual.
En los últimos años se ha estigmatizado a la ganadería, argumentando que es de las mayores contribuyentes en las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI; 18%-30% del total de emisiones de carbono), que consume mucha agua para producir leche y carne, que contamina el agua, que se ocupa un tercio de la superficie del planeta para alimentar animales, que deforesta, que erosiona el suelo… en fin… sí y no.
No se puede medir a todos con la misma vara. Podemos demostrar que depende del sistema productivo, la ganadería contribuye a incrementar el cambio climático o a mitigarlo.
Primero habrá que platicar que hay varios tipos de ganadería, la regenerativa que captura (secuestra) carbono, disminuyendo la temperatura planetaria y otra muy distinta que consume los granos transgénicos y llenos de glifosato (uno de los tantos venenos que consumimos con los vegetales). Podemos pedir que los animales dejen de morir, pero quedará en plática. Es una ley de vida, nacer y morir. No podremos evitar que mueran, solo podríamos forzar a que no nazcan y sería la única forma en que lograríamos que no mueran: no naciendo.
Veamos 2 escenarios de ganadería:
1er escenario (ganadería intensiva industrializada).
La comida de estos animales se produce en tierras de cultivo aledañas o es traída de varios cientos o miles de kms. de distancia. En esas tierras de cultivo se promovieron los monocultivos, con técnicas de volteo del suelo, uso de herbicidas, pesticidas, fertilizantes (todo se aplica con maquinaria que consume combustibles). Además, para trasladar los alimentos se empleó combustible. ¿Puede ver cuántas fuentes de emisión de GEI participan? Las vacas es lo de menos y aunque la mayoría de estos animales producen altas cantidades de leche, el problema real es que un alto porcentaje de su dieta son insumos externos, que no estuvieron presentes durante su evolución. Los han hecho dependientes de cereales y pastas de oleaginosas para ser productivos, y muy susceptibles a enfermedades, son poco rústicos, por su alimentación y selección genética.
Esta es la ganadería que sí contamina en los niveles que algunos actores de la sociedad refieren de manera enérgica. Esta ganadería es la que rompe los ciclos biogeoquímicos, la que está en discordancia con los procesos naturales: la que merma la biodiversidad.
2o escenario (ganadería regenerativa).
Tomando elementos de las propuestas de Allan Savory, Johann Zietsman, Jaime Elizondo, entre otros. Piense en un rancho que tiene a sus animales en pastoreo, con varias rotaciones al día (para evitar sobrepastoreo), se utiliza de manera racionada la mayor parte de la comida que la tierra da. El principio es simular el comportamiento de las grandes migraciones de rumiantes. Con el ganado manejado en pastoreo intensivo no selectivo, solo se obtienen beneficios; pues con la saliva que queda en el residuo del pasto se estimula el crecimiento de las plantas enraizadas, con las pezuñas se descompacta la tierra, con la orina se aporta agua y nitrógeno (elemental para la formación de proteínas de los microorganismos) al suelo, y con las heces se aportan millones de microorganismos y nutrientes que serán utilizados e incorporados al suelo a través de la red alimentaria, tan estudiada por la Dra. Elaine Ingham. Bajo este manejo se dan descansos largos a los potreros, favoreciendo la inyección (por parte de las raíces) de carbono en forma de azúcares al suelo, los cuales se forman en el proceso de fotosíntesis. La ganadería regenerativa también promueve la reforestación, la conservación y diversidad de especies de flora y fauna nativos, la presencia de insectos benéficos que polinizan y controlan plagas. En estos sistemas no se promueve el uso de fertilizantes químicos, insecticidas, ni herbicidas. Están a favor de la vida.
La ganadería regenerativa por supuesto que emite GEI, pero se contrarrestan con la captura y secuestro de carbono en el suelo y en las plantas por el sistema integrado. Bien llevado el sistema, hay balance positivo, es decir secuestra más carbono del que emite, con lo que contribuyen a la mitigación del cambio climático.
Si queremos de verdad a la naturaleza y sus formas, la opción real que existe, aunque hoy es muy pequeña, es privilegiar cuando compramos nuestros alimentos, los producidos bajo este tipo de manejo. Elegir productos de ganadería regenerativa es escoger vida, es luchar contra el cambio climático, es elegir nuestra salud, es enviar nuestro dinero hacia las áreas de mayor pobreza y olvido, es luchar contra la erosión del suelo y por los mantos freáticos, que no tienen por qué acabarse.
En contra parte tenemos los productos que, aunque no son de origen animal, están destruyendo selvas brutalmente, miles de hectáreas por mes para poner palma de aceite. Checa las etiquetas de lo que comes. ¿Aceite de palma? Cuidado, estas ayudando a arrasar selvas y estas poniendo en riesgo tu salud. ¿Colesterol malo? Ese, el de palma lo es sin duda, no el de leche, carne y huevo, cuando se producen en pastoreo. Ojo con las mentiras que promueve hoy en día el dinero, no caigas en sus trampas.
Se han evaluado científicamente productos como leche y carne, provenientes de sistemas ganaderos regenerativos, obteniéndose resultados consistentes en cuanto a contenido de grasas benéficas, insaturadas, como el famoso Omega 3. Estos elementos, que favorecen la salud humana, se encuentran en mayor concentración en productos provenientes de animales en pastoreo con una alta diversidad de especies vegetales en su dieta.
Antes de dejarnos llevar por la pasión y la ignorancia, hay que ser críticos con la información que leemos, ¿se ha cuestionado de dónde provienen los aceites que consume?, ¿Sabía que el 80% del aceite de palma que se comercializa en el mundo, para alimentos y cosméticos, proviene de sistemas que deforestaron grandes extensiones de selvas en Indonesia y Malasia?
¿Se ha cuestionado si la soya que está consumiendo, ya sea como aceite o en otra presentación, provienen de sistemas sostenibles y no es transgénica? ¿O si es de esa soya, que día con día se siembra en las tierras de lo que alguna vez fue la selva amazónica?
Pero hay buenas noticias San Juan, ¿qué creen? Ya se le hizo llegar a nuestro Presidente Municipal electo una propuesta, para que aquí se produzcan esos alimentos de muy alta calidad nutritiva y que mejoran la salud de sus consumidores. Así, al tiempo que somos productivos y sanos, también con ello, promovemos un mejor entorno, un mundo más equilibrado y justo.
La ganadería de pastoreo y más cuando es regenerativa, si afecta el cambio climático, disminuye la fiebre que ya tiene y afecta a nuestro planeta.
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Gracias por ello y hasta la próxima.