Escribe María Ruiz
La profundidad sublime ha dejado de existir y se apaga semi desnuda sobre las vestiduras de lana, recoge en su extinción las pequeñas intrigas del mundo y difumina las angustias con la precaución de los amantes. El naufragio de las pieles se sabe noble y saborea con impaciencia la confesión de dos cuerpos en medio del declive inexplicable. ¿Se amarán también entonces? ¿Cuidadosamente rotos, suspendidos en su jaula de huesos y carne? He aquí la respuesta del que no calla:
Intersticios hexagonales ǀ polvo confinado al suelo
el objeto se cansa de ser admirado
y fugitivo rueda hasta el muro
choca ǀ cruje ǀ se disloca
es arenilla rosácea urdiendo el hueco
astro y destino que no retorna a la sustancia
y en acto segmentario roe la tibieza en la madera
tapiz derruido
sí ǀ cuidadosamente roto ǀ suspendido