Fotoreportaje
Tal vez es el desconocimiento, o tal vez es lo lucrativo del negocio, o bien el tratar de solventar las necesidades de una familia, que luego se convierte en una actividad permanente, y que llega a los mercados públicos, a los tianguis y a las zonas de vendimia, tal vez también si saber que es ilegal, el sustraer especies silvestres de su hábitat y además sin entender el daño que se le hace al ecosistema, a las cadenas alimenticias, y desde luego a cerrar el círculo de la productividad.
En un recorrido de los colaboradores de Bitácora por diferentes mercados locales de la capital y de los municipios como Pedro Escobedo y las colonias aledañas en donde se cuenta con estos centros de abasto, en donde todos poseen los denominados pajareros, que ofertan diferentes especies de animales con plumajes muy bellos, unos adaptados al cautiverio, pero otros definitivamente estresados y fuera de su entorno natural.
Es menester señalar que los espacios domésticos no son aptos para atender a los animales que vienen de la vida silvestre de cualquier región del país, esas especies tienen una función en los ecosistemas, unos son polinizadores, otros son controladores de plagas, unos más propician la regeneración de los suelos, los bosques y las zonas selváticas, el sustraerlos propicia que se rompan círculos virtuosos, de la cadena alimentaria.
El tema es que quienes los capturan, los traen en un estrés constante, los mantienen en hacinamiento peligroso, porque fuera de su hábitat, no tienen el clima, ni la humedad que los hace productivos y les permite realizar su trabajo…y lo más grave según estudios de los estudios del Convenio Internacional signado de los años 70s, señalan a cinco mil especies de aves y 30 mil de animales que no deben ser sacados de sus estados naturales, ni mucho menos comerciar con ellos pues su venta es ilegal.
¿En dónde estarán las autoridades? Pues no sólo se trafica con aves, también con especies de árboles y de plantas, entre las aves están las canoras, los pericos, cotorros, cardenales cenzontles, canarios, cardenales, calandrias y hasta los cuervos gigantes son propicios para algunos personajes que los encargan, pues mucho de esta industria de los pajareros, son encargados y esto encarece los productos.
Pues a pregunta de los investigadores de este comercio, los clarines, tienen un precio de 1200 pesos, los canarios 800 por cada unidad y dependiendo, los llamados Isabel Plata 1200 a 1500, y hay especies que son poco conocidas, o que como no somos Ornitólogos, desconocemos cada especie que se tiene, pero que de verdad es lamentable que suceda.
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