Escribe: “Cacho” Flores.
Hay en ese patio
un rumor de nubes
y en el rincón de aquella
escalera una azucena.
Hay en ese breve espacio
delimitado por verdes enredaderas
un corredor con su sombra eterna
que habla con el viento
en febrero.
Ahí ella me negó el llanto
y venía montada sobre el caballo
alado del viento
con sus ojos cegados de eternidad
anhelando un horizonte de agua.
Un jolgorio de flores
le esperabandecretada ya la
orfandad de aquella azucena
la mía el olvido la esperanza.
Nubes como la espuma que sabía de
sus manos
se asomaron detrás de una luna en
menguante…