Por Mario Alberto Hernández
Como usted seguramente está enterado, el reciente fallecimiento del Papa Francisco, es un tema relevante por su importancia en la Iglesia Católica a la que pertenecen millones de personas en el mundo, pero también es un tema desde el punto de vista de la administración.
Si usted es católico sabe que, al fallecimiento del Papa, las funciones oficiales quedan a cargo del Camarlengo o Chambelán del Papa, en este momento por el cardenal irlandés-estadounidense Kevin Farrell.
El Camarlengo es quien confirma oficialmente el fallecimiento, con un médico y un certificado de defunción. No se realiza autopsia.
Este lunes, a las 20:00 hora local, se realizaron los ritos de leer la constancia del fallecimiento y la colocación del cuerpo del Papa Francisco en un féretro.
El siguiente paso es destruir el anillo y el sello de plomo del Papa, que se utilizan para autenticar documentos oficiales, para que nadie más los pueda usar.
El Camarlengo y un equipo de tres cardenales asistentes establecerán el calendario de duelo por el Papa Francisco, incluyendo la fecha del funeral y del entierro.
El período de duelo suele durar nueve días, y las normas eclesiásticas establecen que estos actos deben comenzar entre el cuarto y el sexto día después del fallecimiento del Papa.
Lo que usted está leyendo no sólo es un protocolo de funeral, sino un Plan de Continuidad Operativa en el que todo está previsto para que este evento fortuito y natural, no se convierta en una crisis.
El nuevo Papa debe ser elegido por los máximos responsables de la Iglesia Católica, conocidos como el Colegio Cardenalicio en una reunión especialmente diseñada para eso; el Cónclave. Actualmente hay 252 cardenales, de los cuales 135 pueden votar por el nuevo Papa.
El Plan de Continuidad Operativa (PCO) o (BCP, por sus siglas en inglés) es un documento con la descripción de pasos que una organización seguirá para recuperar su operación y normalidad después de una interrupción, ya sea causada por desastres naturales, ciberataques u otros eventos inesperados (como la muerte del director o dueño de la empresa).
El objetivo principal del PCO es minimizar el impacto de la interrupción y garantizar la continuidad de las funciones esenciales del negocio (en el caso de la empresa), que describa los pasos de qué hacer, quién debe hacerlo y cómo transitar a la solución de ese momento.
La muerte o un evento fortuito -ya lo vivimos con la pandemia- son eventos inevitables, pero lo que sí puede evitar usted en su negocio, es la crisis que sobreviene de estos hechos, por lo que la sugerencia es tener un plan y dejarlo en manos de quien o quienes puedan ejecutarlo de manera que la empresa no sufra el estrés amplificado por no saber qué hacer y cómo continuar operando, por esto mi sugerencia es que haga su PCO y garantice la operación y continuidad de su negocio, por muchos, muchos años.
Nos leemos la próxima semana.