El PIB (Producto Interno Bruto) grosso modo, es la suma del valor de todos los bienes, servicios e inversiones producidos por una economía durante un año. Este, es una forma de medir el crecimiento económico de un país.
Y es que al inicio de este año el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) informó que el primer año de gobierno del presidente AMLO, inició con una economía en recesión no vislumbrada desde el 2009, toda vez que en 2019 el PIB tuvo una caída del 0.1%. Esta situación se agrava si consideramos los informes del banco de inversión JP Morgan donde mencionan que el PIB mexicano cayó 2.4 por ciento anual en el primer trimestre de este año, especulándose que se contraiga 8.4% en el 2020.
Pero, para grandes males, grandes remedios, debido a que, a finales de la primera quincena de mayo, el titular del Ejecutivo Federal informó que trabaja en una fórmula que mida “El Bienestar” de la población (palabra clave de este sexenio). Este índice medirá la felicidad, los grados de desigualdad y las necesidades del mexicano. Lo cual va de la mano con la entrega mensual de 100 mil millones de pesos mensuales a través de programas sociales.
Este proyecto se contrapone, a las promesas de campaña en materia económica realizadas por AMLO, donde aseguraba que la economía crecería en un 4% anual.
Sin embargo, la propuesta económica se esfumó desde que el gobierno federal empezó a contender con los empresarios, esto implica una disminución considerable en la inversión del sector privado, provocando así, una baja en la generación de empleos.
En lo personal pienso, que, en la realidad, el contar con un empleo y adquirir los bienes, productos y servicios que proveemos a nuestra familia, es lo que mejora nuestro nivel de vida y nos produce “felicidad”.