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¿Conoces a alguien que nunca se haya enfermado? Los seres humanos podemos sufrir, con cierta
frecuencia, de algún tipo de padecimiento, algunos pasajeros a los que si le damos los cuidados adecuados
no son de gravedad, aunque otros requieren necesariamente de tratamientos que frecuentemente implican
tomar medicinas. Pero debes saber que hay medicinas de las buenas y de las piratas
A veces recurrimos a lugares distintos a la farmacia para comprar medicinas, como son las misceláneas,
tianguis o incluso en la calle con vendedores que están cerca de los hospitales para ofrecernos los
“mismos productos” a menor precio. En estos casos se trata normalmente de medicamentos apócrifos,
piratas o que también les llaman clonados.
Estos mercados negros existen. La estadística es grave, de acuerdo con datos del sector farmacéutico
formal, seis de cada diez medicamentos que se venden en nuestro país podrían ser falsos, caducos o
robados. México es el sexto país del mundo donde más se venden medicamentos de manera ilícita.
El problema con los medicamentos apócrifos no siempre es que estén compuestos de elementos que
afecten la salud, sino que simplemente no contienen ninguna sustancia. Cuando se trata de una
enfermedad digamos leve, lo mejor que puede pasar es que la medicina pirata que nos tomamos nos haga
un efecto placebo, en el que los síntomas mejoran o incluso la enfermedad desaparece al influenciar la
mente al cuerpo, o por otro lado que de plano no mejoren los síntomas, por lo que habremos
desperdiciado nuestro dinero, teniendo probablemente que comprar de nuevo el medicamento en una
farmacia.
Sin embargo existen enfermedades denominadas crónico degenerativas que deben ser controladas con
medicamentos o las condiciones del enfermo empeorarán, en algunos casos poniendo en riesgo hasta su
vida si se toman medicinas piratas, ya que estas no contienen lo necesario para frenar los efectos de este
tipo de padecimientos.
Por lo anterior, ahorrar dinero con medicinas de dudosa procedencia puede ser uno de los errores más
graves que cometamos.
– Los medicamentos piratas existen. Se trata de una de las actividades ilícitas más lucrativas del
país, un mercado negro que se estima vale por lo menos 16 mil millones de pesos al año.
– ¿Cómo detectarlos? En primer lugar por el precio al que te lo venden. Si es muy barato duda de
la procedencia de los mismos. No caigas en el cuento de que es porque compran directo de
laboratorios o cualquier otra historia similar. Recuerda, cuando parece muy bueno para ser
verdad, normalmente hay algo malo. Por otro lado si se vende a granel, es decir en pastillas
sueltas, es razón suficiente para desconfiar, si está en envases abiertos o sin fecha de caducidad o
que esta se vea alterada puedes tener elementos para pensar que son medicamentos apócrifos.
– ¿Qué tipo de medicamentos apócrifos son los más comunes? En realidad ante la duda sobre
la autenticidad o caducidad del producto, debe dudarse de cualquiera, pero los que más se
falsifican son aquellos para tratar enfermedades crónico degenerativas como las cardiacas,
respiratorias, así como para controlar la presión, lípidos altos, diabetes y también aquellos para
la disfunción eréctil como es el caso del popular Viagra. Otros populares son Clamoxin,
Acromicina, Amoxicilina y Pentrexyl.
– Genéricos vs apócrifos. Sí puede haber medicinas más baratas en farmacias legalmente
establecidas. Se trata de los genéricos y estos contienen la misma sustancia o principio activo
que aquellos comercializados por la marca original que desarrolló el medicamento y que tuvo
por un tiempo la exclusividad para su venta. Una vez terminado ese periodo, la fórmula original
puede ser copiada por así decirlo, por otros laboratorios y ser vendida a un precio más barato.