Escribe:- Fernando Roque
¿Dónde están los que se han ido?
¿En qué universo renacieron?
¿Y sus voces, sus risas y su luz
cuando la vida apagó sus llamas?
¿A dónde quedó su alma
extinguida por el viento de la muerte,
las cenizas y los huesos
devorados por la noche de los muertos?
¿Por qué no hay una respuesta?
Nada queda, sólo ecos de sus voces
resonando en la memoria,
sus miradas como registro de su alma.
Su palabra, cada vez más lejana,
pero aún resuena
golpeando las paredes del pasado
disuelto en la tempestad presente
se vuelve recuerdos desgarrados,
rotos velámenes de un barco,
aquel que se los llevó a lejano puerto;
como ondas en el agua se fueron extinguiendo
y al tocar sus puertas
nadie nos contesta,
sólo la conciencia,
intenta aplacar nuestra tristeza.
Y se quedan en nosotros
como presencias en ausencia.