Escribe:-Edilzar Castillo
No sé por qué, todos los días, me veo al espejo y este siempre refleja la misma gente la cual veo a diario, será porque no conozco a nadie más.
Por eso, en las mañanas, solo, quiero romper los espejos cubrirlos con terciopelo azul, tomar agua en vasos de cristal en lugares iluminados para no verme y olvidar el nombre de las cosas que cubren mi cotidianeidad, para ponerlos lejos de mi comprensión.
En las noches de cielo despejado, brillan las cintas adhesivas que sujetan en la pared las notas y me recuerdan lo que no me gusta hacer y que no hago. Cuanto la tarde está nublada me recuerdo y observo mi reflejo en esos papeles pegados frente a mí, fechas, número telefónicos y fotos de personas que jamás tendrán una foto mía.
Cuando intento dormir, después de intentar también no cenar y habiendo cenado, me desvelo en mi sueño poblado de propósitos, solo eso, lo cual me hace despertar, tarde, cuando ya el madrugante sol quema mis pesadillas. Sueño niños de polvo que desayunan tierra e indiferencia, después se van a la escuela, aparecen aves que no tienen alas, porque en realidad sólo son pelotas de ligas, sólo reflejan el paso del tiempo.
Protesto en nombre de las cosas que pienso, platico con la alfombra que abraza mi cama, creo en ese reloj que me despierta, creo en las dudas. Todas las dudas que me pueblan y forman un diccionario, pero no tiene soluciones. Soy mi cuerpo, mis manos, mi pies, los dedos índices me calumnian me preguntan quién es, el que sueña, no estoy. Voy a robarle las tijeras al sastre para cortarme un silencio que no sea de segunda mano.
Crezco en mi, conmigo, me reproduzco como planta, pienso como luna menguante, como luna, aunque no se, nada de ello, es verdad, no puedo explicarlo.
Mientras el día y los niños siguen durmiendo, tosen, gruñen, miran interminablemente la televisión, quieren juguetes en pequeños pastelitos. Repetición repetitiva que no pedí. Si ya todo se dijo, en que puesto de periódicos se venden las palabras que no están gastadas, yo robot, sólo desgasto mi engranaje del tiempo que se hizo en serie y solo se deshace.
Mañana quisiera ya no ser la nada, en el cambio, seré un ser pleno, me agradaría tanto que así fuera.