El número dos de la Casa Blanca se pronunció así durante la segunda jornada de su viaje a Corea del Sur para asistir a la ceremonia de apertura del evento olímpico y reunirse con el presidente del país asiático, Moon Jae-in.
El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, afirmó este viernes que el desfile militar celebrado por Corea del Norte en la víspera de la inauguración de los Juegos Olímpicos de PyeongChang fue “una amenaza al mundo” y “una más de sus constantes provocaciones”.
El desfile militar organizado por Pyongyang justo antes de estos “Juegos de la Paz” supuso “otro de los esfuerzos del régimen por exhibir sus misiles balísticos y para lanzar amenazas a la región y al mundo”, y “una más de sus constantes provocaciones”, dijo Pence.
El vicepresidente estadounidense hizo estas declaraciones a los medios tras reunirse con un grupo de desertores norcoreanos y visitar el monumento que conmemora el hundimiento del buque Cheonan, que causó 46 muertos en marzo de 2010 y que Corea del Sur atribuye al Norte.
Durante ambos actos, Pence hizo hincapié en la “tiranía” y las “atrocidades” del régimen que lidera Kim Jong-un, antes de desplazarse al condado surcoreano de PyeongChang para asistir a la ceremonia inaugural y a una recepción ofrecida por Moon.
En ambos actos, el vicepresidente podría coincidir con la delegación enviada por Pyongyang, que incluye a Kim Yo-jong, hermana del líder norcoreano, y al presidente honorífico del país, Kim Yong-nam.
El número dos de la Administración Donald Trump ha dejado la puerta abierta a dialogar con los representantes norcoreanos si surgiera la ocasión, aunque ha insistido en que el único mensaje que quiere trasladar a Pyongyang es que el régimen debe abandonar de inmediato sus programas armamentísticos.
“Al margen de cualquier nuevo diálogo o negociación, urgimos al régimen de Kim que ponga la desnuclearización sobre la mesa y dé pasos concretos para desmantelar de forma permanente e irreversible sus programas nuclear y de misiles balísticos”, dijo Pence.
El vicepresidente también criticó la “ofensiva propagandística” realizada por el hermético régimen con motivo de los Juegos de Invierno, y que además de la participación atletas norcoreanos, incluye el envío de las famosas “brigadas de animadoras”, de una orquesta musical y de la antes citada delegación de alto nivel.
La visita de la hermana del dictador supone la primera ocasión en que un miembro de la dinastía Kim visita el Sur, mientras que el líder de la comitiva, Kim Yong-nam, es el funcionario norcoreano de más alto rango en acudir jamás al país vecino de forma oficial.