Por El Hombre de Negro
Desde finales de los años 60, una de las teorías conspirativas más famosas del rock ha persistido como una sombra detrás de la historia de The Beatles: que Paul McCartney murió en 1966 y fue reemplazado en secreto por un doble.
La leyenda dice que el 9 de noviembre de 1966, McCartney murió en un accidente automovilístico tras una discusión con sus compañeros. Para evitar el colapso del fenómeno Beatles, supuestamente, la banda —con ayuda del gobierno británico— organizó un encubrimiento y eligió a un sustituto: William Campbell, un músico canadiense con gran parecido físico y vocal.
Quienes creen en la teoría aseguran que The Beatles dejaron pistas en sus discos como un juego macabro o un grito de ayuda. Algunos ejemplos:
- En la portada de Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band (1967), McCartney aparece con una mano sobre la cabeza —en la cultura oriental, símbolo de muerte— y un bajo zurdo hecho de flores.
- En Abbey Road (1969), Paul camina descalzo y fuera de paso, lo que ha sido interpretado como un “funeral simbólico”.
- En canciones como Revolution 9, si se reproduce al revés, algunos escuchan frases como “Turn me on, dead man”.
- En Strawberry Fields Forever, se dice que John Lennon susurra “I buried Paul” al final (aunque luego él aclaró que dice “cranberry sauce”).
Los Beatles siempre lo negaron. En 1969, McCartney rompió el silencio en una entrevista: “Si estuviera muerto, sería el último en saberlo”. Sin embargo, la teoría sigue viva, alimentada por coincidencias, cambios en su apariencia y el amor del público por los misterios que rodean a las leyendas.
Hoy, Paul McCartney sigue activo, con más de 80 años y una carrera prolífica. Pero para los fanáticos de los enigmas del rock, la pregunta sigue flotando como una melodía sin resolver: ¿y si todo fue verdad?