DEDICADO A ESOS SERES OLVIDADOS,
A ESOS MAESTROS QUE NO LO SON.
Carta sin destino.
Soy un niño,
Solo.
Entre mi familia,
vivimos juntos, sin hablarnos,
con mi casa llena de pobreza,
tristeza,
el agua en el techo de cartón,
duele.
El frio del hambre,
en los muebles.
Mi Hermana vende dulces,
mi Papá, bebe,
nos regaña,
a veces nos golpea.
Mi Mamá, de pie observa
distante,
con su cara de día nublado,
solo llora.
La escuela
con mucha luz;
y sueños fracturados
la imagino como puente
a un trabajo,
cuando lo cruce
llevaré a mi Mamá.
Pero, mi maestro
está ausente de él mismo,
no le importamos;
Ojalá vuelva pronto.
Esta carta, quizá nadie la lea.
Mañana,
ya no seré niño,
pero pobre, si.
Quisiera, que mi hijo
no escriba una carta
como esta.
Edilzar Castillo E.P.D.