Escribe: Lic. Roberto Jiménez Salinas
Fray Junípero Serra Ferrer, de la Orden de los Frailes Menores de San Francisco, llegó a México en 1749 como misionero apostólico, después de ejercer varios cargos directivos en los conventos franciscanos en la Ciudad de México se le encomendó evangelizar la Sierra Gorda en Querétaro, y con la expulsión de los Jesuitas de México se le destinó y confió la evangelización de la Alta California donde fundo varias misiones como San Diego, Los Ángeles, San Francisco, San Buenaventura, San Carlos entre otras.
La Misión de San Carlos Borromeo, en Carmel, Condado de Monterrey, California, Estados Unidos la fundó en 1770, y aquí se estableció usando esta tierra como su sede central para su obra misionera.
La hoy Basílica de San Carlos Borromeo guarda en su nave central bajo el altar los restos del Evangelizador y Santo Franciscano, y en lo que fueran sus habitaciones convertidas en museo se encuentra una bella escultura de la Virgen María. De acuerdo a la crónica de Fray Francisco Palou su compañero y biógrafo, ésta escultura de Nuestra Señora acompañaba a San Junípero Serra en su trabajo de evangelización, dice que ya la tenía en la Sierra Gorda y de Querétaro la llevó consigo a la Alta California, a la bella escultura le llamaba Nuestra Señora de Querétaro.
Nuestra Señora de Querétaro permanece en un nicho junto a la habitación del Santo Misionero, pero no se le rinde culto en la Basílica, se toma como un objeto muy personal del Fraile Franciscano.
La Virgen María el cimiento de toda obra evangelizadora y Querétaro presente en esta bella historia.