*** Los lugares emblemáticos de los pueblos, como el Gigante en Amealco, se han ido olvidando.
*** Otros se citaban en la pulquería de Federico, otros más en la de Chucho Arias cantina.
*** Algunos más en la cantina de don Pepe, o bien en la tarde noche en el Taquito… son algunos.
Raúl Rosillo Garfias.
Los amealcenses del norte de la cabecera municipal, de comunidades como San Miguel Dethi, Hacienda Blanca, Galindillo, el Pino y algunas más, caminaron siempre para llegar a las grandes festividades o bien para surtir sus recaudos y acercar algunos arreos de labranza, entonces no había tractores, todo se hacía con tracción animal, principalmente bueyes, luego caballos y hasta algunas mulas… compadres, conocidos o familiares bajaban por los caminos reales, a caballo, en burro o bien caminando.
Entonces en la cabecera municipal existían cuatro o más mesones en donde se dejaban los animales de carga, por todo el día pues había que regresar con algunas con los implementos que se requerían, y mientras más mujeres hacían el mercado que entonces estaba en la Plaza principal, los hombres se metían a la pulquería, o a las cantinas que también existían…
El pulque de Federico, la cantina de los Arias, en donde además era el correo y otros lugares más emblemáticos que poco a poco iremos mencionando en estas breves crónicas, entonces en Amealco se conocían todos, y para establecer algunos regresos acompañados porque se les hacía tarde, marcaban algunos lugares como referencia… y en particular los que caminaban para el norte, lo tenían en un lugar que conocían como … El Gigante… por lo enorme y grueso que estaba el tronco de un alcanfor unos metros antes de llegar a la primera calle de la ciudad.
Nos vemos en el gigante… para irnos en grupo… algunos ya con algunos pulques otros con algún tequila, según sus capacidades económicas, y las mujeres con sus canastas de mandado llenas, ahí se reunían y esperaban a los hombres para el regreso, y conforme se iban acercando las viviendas de los caminantes, las despedidas siempre cálidas y de amistad se desgranaban una a una… no faltaban algunos reclamos de las mujeres, para sus hombres… mira como vienes…solo a eso vas al pueblo…
Hoy del gigante solo queda un gran tronco, pues no sabemos cuándo los dueños de las granjas que le trabajan a una trasnacional, lo cortaron y sobre él construyeron la barda que separa a la calle de la zona de criaderos de pollos… de tal suerte que algunos niños, que han estado por algunos días en Amealco, cuando perciben el olor de la gallinaza, que es el excremento de las gallinas con algo de paja o de viruta de madera, dicen aquí huele a Amealco, al ser la entrada sur a la ciudad…ese tronco es testigo de aquellas reuniones… Hoy hay carretera pavimentada, puente en el arroyo Colorado, y más acá inclusive un andador para llegar a Prados de San Miguel… es más San Miguel Deheti, se está convirtiendo en el polo industrial de Amealco a solo tres minutos de la cabecera…
El caso es que las mujeres siempre han sido un gran pilar para la economía de los hogares, en aquellos años, las esposas hacían queso, llevaban crema, guajolotes y gallonas, pollos y huevo al mercado para cambiarlo por otras mercancías, estos productos de Amealco, siempre de calidad, hoy siguen siendo un atractivo turístico… pero en aquel entonces los mercados eran verdaderamente tradicionales y aplicaba inclusive el trueque por la falta de moneda… la riqueza de las familias estribaba en la cantidad de tierra que tenían para el cultivo, los animales que iban acopiando en sus hatos ganaderos, pero a la par gallinas que ponían huevo, guajolotes, puercos y becerros, que se cuidaban en extremo, pues eran la futura yunta y quien tenían dos o tres yuntas era rico, pues podía rentarlas o cobrar algo a la cosecha a quienes se les prestaba o se les rentaba… entonces la palabra valía y se cumplia… pero entones la palabra es nos vemos en el Gigante… y hoy atendiendo a esas expresiones el alcalde René Mejía ha rescatado el semáforo… que se había quitado por ser el único… pero él atendiendo a estas costumbres muy de Amealco lo regreso con luces Lele… como icono de Amealco.