Es temprano
limpiaré de mi camisa
los vómitos dolientes de la noche.
Es otoño de nuevo, sin palabras
agoniza el paisaje huérfano
como un puñado de olvido.
Mis amigos, son para olvidarme
nada saben de mis muertos
de senderos infectados
donde hoy amanecí, sin mi.
No comprendo tanta nada,
amontonándose
he perdido la fe, la tarde
y el cabello.
Oh terribles pruebas de estar vivo
creo es demasiado tarde para morir
me lo dice los latidos enfermos de la pared
las palabras saben rancias
duelen los huesos
y apenas anochece.
En este momento, no aprecio
la magia del amanecer
ni el parto de mis vocablos mudos.
Sólo espero vivir o morir cada día
en esa codiciosa carrera
atrapado en las calles
entre sus lenguas de luces
sordas y mudas
masticado de ruidos
deglutido en el vacío
en ese suicido de aceptarnos
esperando la brisa
para morir en soledad, sin nadie
bajo la lluvia roja.
No importa partir,
ni siquiera el odio sirve
lloraré sobre el hombro
ante mi cadáver, aun vivo
quien se muere de amor,
es decir, sin nadie. Edilzar Castillo E.P.D.