*** Vehículos de motor han empezado a invadir la elevación más icónica de San Juan del Río… la Venta.
*** El destrozo que hacen de la vegetación, trae como consecuencia contaminación.
*** Los ejidatarios y el gobierno municipal deberían de poner un alto a estas actividades.
Por Raúl Rosillo Garfias
Para muchos, este es un año seco, las cabañuelas así lo anunciaron, el tiempo no ha sido propicio para las lluvias, las zonas de temporal están secas, pero aun así los hombres del campo andan ya en sus labores diarias, preparando tierra, tapando humedad, como dicen en su argot… los que salen a caminar, los que observan el cómo se regeneran los cerros, apuestan a que puede ser un buen año… Hay muchas aves nuevas en la zona cerril cercana a San Juan del Río.
Los icónicos espacios, como el Cerro de la Venta y Cerro Gordo, denominados por algunos como los vigías y pulmones más importantes que tiene esta ciudad, ya convertida en una explosión demográfica, también han empezado a ser invadidos por construcciones a sus faldas, lo que ha propiciado la destrucción de la vegetación endémica sin que haya programas para reponerla metros arriba o fortalecer su regeneración evitando que los ciclistas, los raisers y las cuatrimotos hagan de las suyas.
El cerro de la venta, que también se ha intentado cambiarle el nombre por el de las tres cruces, ya está devastado… las rutas ciclistas son interminables, y no se sabe si los dueños los dos ejidos el de San Juan y el de El Rosario, les han dado permiso a estos deportistas de caminar con el cerro… y tal vez no necesiten el permiso, pero ante las agresiones que sufre la vegetación endémica por quienes intentan tener más espacio, es necesaria una regulación….
Los raisers, y las cuatrimotos, ya no se conforman con subir durante las mañanas de los días domingos o sábados, hay algunos que allá amanecen, ingiriendo bebidas alcohólicas, ensucian el cerro y le quitan la magia a las cruces… ahora también se observa que están allá arriba por las noches, y no sabemos nada de la intervención de las autoridades… o tal vez ese ya no sea territorio de Ángel Rangel Nieves…
Para los andarines o los senderistas que no ocupan los caminos que se han hecho, sino que suben y caminan a campo traviesa, es necesario que se dé la vigilancia, porque de verdad que el cerro se está reforestando de forma natural, hay muchos renuevos de todo lo que hace más de 10 años se quemó, en aquel incendio de 60 hectáreas, que dejó desolado al Cerro un incendio que se veía desde la misma capital queretana… hoy con el paso del tiempo el cerro nos da la lección y se renueva… pero esto no será exitoso si no hay cuidados, si no hay conciencia.
Este año habrá fruta en el cerro como hace mucho no había, los garambullos, los que quedaron en pié y algunos que ya se recuperaron, están llenos de flor, de fruto verde y sobre todo de miles de aves y abejas que andan llevando su néctar a las colmenas, los gavilanes, los halcones y los cuervos, han anidado, algunos en los árboles que quedan y otros definitivamente acudiendo a la modernidad, en las mismas torres de la Comisión Federal de Electricidad…. Los cardones son centro de atracción para la colocación y construcción de bellos nidos, los huizaches, y los mezquites que aún quedan son centros de reunión de decenas de aves que aún encuentran de qué alimentarse en el Cerro de la Venta
Las diferentes caras del cerro, tienen hoy caminos para subir, pero no se requiere de los caminos, se requiere de gozarlo a plenitud y sea por uno o por otro costado hay que conquistar su cima, es una elevación pequeña pero tiene sus dificultades… y hoy es visitada por no menos de 300 personas cada día… y si les sirve para ejercitarse, ojala también sirva para crear un programa permanente de reforestación… uno a la vez…